Juan Luis Valenzuela
Periodista
De “tensa, muy tensa”, han calificado en el entorno de la Consejera de la Junta de Andalucía la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera celebrado ayer en Madrid para examinar las cuentas de las comunidades autónomas. En esta importantísima reunión el Ministerio de Hacienda, con su responsable, Cristóbal Montoro, a la cabeza, se trataba de dar aprobar o de rechazar los planes de ajustes presentados por los gobiernos autónomos.
Ambiente hostil contra Andalucía y Asturias. Según fuentes contrastadas por El Plural.com, el ambiente hostil contra Andalucía -y curiosamente también Asturias- “se mascaba en el ambiente” nada más dar comienzo la reunión. Montoro, diputado por Sevilla precisamente, ejerce más de mercenario antiandaluz que de ministro interesado en colaborar institucionalmente con la comunidad más importante del Estado. Montoro no tardó en mostrar su hostilidad contra la Consejera de Hacienda andaluza, lo que conllevó a que recién comenzada la reunión mantuviera una discusión con Carmen Martínez Aguayo. La excusa fue la previsión que Andalucía estimó proveniente de fondos europeos. Tras una dura negociación contrarreloj y la contundencia de los argumentos de Aguayo así como su pelea con datos en la mano, hicieron doblegarse al ministro y aceptar como correctas las cuentas.
Débiles argumentos de Montoro. Para hacerse una idea de los débiles y malintencionados argumentos que esgrimía el Gobierno central contra las cuentas de la Junta , hay que tener en cuenta que, según el plan de ajuste de Andalucía, la UE adeuda a la comunidad 1.440 millones de euros en concepto de obras cofinanciadas y que están pendiente de pago. El Plan de Ajuste contempla que de ese montante se recuperarán de inmediato 506 millones. Un aval más que suficiente para cualquier experto en economía. Tras la discusión, la Consejera acordó con Montoro una reducción más en el Plan de Ajuste de 200 millones de euros. Algo que en la Junta consideran más que asumible sin aplicar recortes en personal ni en nóminas.
La sede del PSOE andaluz ardía. Aunque los responsables de la Junta quieren quitar hierro a la tensa reunión y a las amenazas de “tumbar” las cuentas y valoran como positivo el resultado y la aportación andaluza a la imagen que necesita el Gobierno de España en estos críticos momentos, lo cierto es que en el PSOE andaluz, esta tarde, el enfado era monumental por lo que consideran una venganza por los resultados electorales andaluces no asumidos aún. Los teléfonos ardían y el malestar con el Gobierno de Rajoy -con la connivencia de Arenas- era patente. A ello hay que unir que las dos únicas comunidades a las que se intentó echar para atrás sus cuentas han sido curiosamente Andalucía y Asturias, esta última gobernada a partir de día 25 por los socialistas. Este hecho no ha pasado desapercibido ni en Ferraz ni en San Vicente y se interpreta en clave política. ¿Cómo se puede dudar de la solvencia andaluza teniendo en la misma mesa a comunidades en bancarrota como Murcia, Valencia o Castilla La Mancha ? ¿Es el factor ideológico el nuevo dato macroecónomico de Cristóbal Montoro?
Miedo del PP a Griñán. Una clave política que indica que en el PP cunde el pánico ante el hecho de que los socialistas andaluces en coalición con otra fuerza de izquierda como es IU, y también ahora los asturianos, puedan demostrar al resto de españoles que otra política de ajustes es posible. Que recortar no implica copago sanitario, aumento de las matrículas universitarias, reducir plantillas, disminuir las ratios de las aulas o en definitiva, ir horadando poco a poco el Estado del Bienestar. Que a pesar de los recortes duros aplicados por Griñán con el esfuerzo de funcionarios en especial no hay que imitar al PP para aplicar la austeridad.
Connivencia de Javier Arenas. Después de impugnar la subasta de los medicamentos, la Ley de Incompatibilidades y recurrir las oposiciones de profesores o presionar para aumentar la ratio, ¿qué más queda? ¿A qué espera Javier Arenas para defender su tierra del navajeo “popular” en Madrid? Hoy la guadaña de Montoro no ha segado la cabeza de los andaluces. Pero, como decía el vicepresidente Valderas (IU), si las agresiones a Andalucía continúan posiblemente tengan que dar respuesta en la calle. Y ya se sabe que si a los andaluces se les colma la paciencia con agravios y salen a la calle no hay gobierno que se le resista. Otra forma de hacer política es posible y también otro 28F es probable.
(El Plural)
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