Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería
Mientras se abren las quinielas sobre los nombres de los futuros delegados del Gobierno andaluz en Almería hemos asistido a un apasionante debate sobre el no nombramiento de un consejero andaluz por parte del presidente José Antonio Griñán, y eso que algunos dábamos por cierto que la ejidense Rosalía Martín tenía muchas posibilidades de ocuparse de Agricultura y Pesca, gracias al pacto con Izquierda Unida. El rumor sobre Martín era parejo al interés que desde algunos medios se ponía a elucubrar quién sería el "consejero almeriense" del nuevo Ejecutivo. Portadas, fotos y comentarios, dirigido todo a ponerle nombre y apellidos a ese consejero.
El Gobierno andaluz, sin consejero de Almería |
Me comentaba un lector -destacado socialista- que Almería no tenía consejero porque el PSOE provincial no tiene peso. Lamentable. Pero también es lamentable que la crítica del PP al nuevo gobierno andaluz comience por apuntar la ausencia de un almeriense en él. El PP ha dicho por activa y por pasiva que no cree en las cuotas sino en el mérito y la capacidad, por lo que debía fijarse en si los elegidos son personas con mérito y capacidad para gestionar los asuntos andaluces, y en este caso almerienses.
El PSOE, por boca de su secretario de Organización en Almería, Juan Carlos Pérez Navas, respondía a Javier Aurelinano García, secretario general del PP provincial, diciendo que ese análisis era simplista, y que era una catetura. Y bueno, la respuesta se podría dar por válida si no fuera porque el propio PSOE ha sostenido una y otra vez que tener un consejero en el Gobierno andaluz demostraba la importancia de Almería y del PSOE de Almería. No se puede defender una cosa y la otra a un tiempo, pero parece que sucesivamente sí. En fin.
Si tenemos en cuenta que el 40% del Gobierno andaluz no es andaluz, si tenemos en cuenta que el exconsejero Manolo Recio no es andaluz, que la exconsejera (y expresidenta del Parlamento) Fuensanta Coves tampoco es andaluza, nos encontramos que el único almeriense en los últimos años ha sido Martín Soler. Ahora bien, Soler no ha dejado precisamente un recuerdo esplendoroso en los sectores que gestionó y sí algún que otro sonoro fracaso; y qué decir de Coves, encargada de dinamitar el Parque de Cabo de Gata metiéndole el hotel del Algarrobico; y si apuramos... a ver qué ha hecho Recio de especial por Almería.
La crítica al Gobierno de Griñán debería venir en estos primeros pasos enfocada por el hecho de que ha eliminado la Consejería de Empleo o de Trabajo o como se le quiera denominar. Otro lector -tras unos amables improperios- me dice que están las competencias en Innovación... ya, sí sé que las competencias no desaparecen, que alguien las tiene que gestionar, pero que la comunidad autónoma con más paro de toda la Unión Europea, con uno de cada tres andaluces en paro, no tenga un consejero dedicado en cuerpo y reloj a este asunto es incluso insultante.
Zapatero creó el Ministerio de la Vivienda a sabiendas de que las competencias son autonómicas, pero pretendía transmitir con eso un mensaje, como hizo con el Ministerio de Igualdad. Ministerios vacíos e inútiles, que contrastan con la división que ha hecho Rajoy entre varios ministros de los temas económicos, porque parece lógico que será necesario redoblar los esfuerzos en esas materias. La desaparición del organigrama de la Consejería de Empleo, en el fondo, el objetivo que tiene es que dejemos de relacionar a este Gobierno con la trama de los ERE fraudulentos. Da igual, los ERE "flatulentos" siguen oliendo igual de mal.
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