El gran pacto que España necesita

José Antonio Griñán
Presidente de la Junta de Andalucía

Hola de nuevo a tod@s. Retomo este blog tras haber vivido los momentos más intensos y apasionantes de mi trayectoria política. Hoy tengo el honor de poder seguir dirigiéndome a vosotr@s como presidente de la Junta de Andalucía. Así que lo primero es de justicia: dar las gracias. Agradecer a los andaluces y andaluzas que hayan confiado, una vez más, en el proyecto socialista. Y reiteraros mi compromiso de que, con crisis o sin ella, el Partido Socialista es la mejor garantía para progresar con equidad, solidaridad y justicia.
Encaramos esta legislatura de la mano de otra fuerza política, Izquierda Unida, con la que compartimos un programa de gobierno estable y solvente. Un programa centrado en la recuperación económica, la creación de empleo, el mantenimiento de los derechos sociales y la profundización en la transparencia en la gestión pública. Un programa y un Gobierno que responden a la voluntad de la mayoría de los andaluces y andaluzas, que confían en que existen alternativas desde la izquierda para superar esta crisis, alejadas del pensamiento único imperante.
He retomado mi actividad bloguera -que espero tener tiempo suficiente para continuar- para transmitiros un mensaje de confianza en nuestras posibilidades, las de Andalucía y las de España. Un mensaje de responsabilidad y consenso por encima de las diferencias partidistas y los intereses particulares.
Hoy más que nunca hay que defender el valor España. Este país, y con él Andalucía, vale mucho más que lo que nos pretenden hacer creer los mercados financieros especulativos, que están minando nuestra credibilidad sin que nadie (léase la Unión Europea) sea capaz de pararles los pies.
No nos resignemos a ello. Unámonos contra la adversidad. Trabajemos todos para conformar un gran Pacto de Estado que, desde la unidad de las fuerzas políticas y los agentes económicos y sociales del país, nos permita salir de esta maldita crisis cuanto antes. Un gran pacto que se forje en el seno de la propia sociedad, que se nutra de sus problemas y aspiraciones, y en el que quede bien claro hasta dónde estamos dispuestos a ceder para aplacar la insaciable voracidad de los mercados financieros.
Porque con diálogo podremos consensuar qué es lo fundamental para los ciudadanos, dónde podemos ahorrar y dónde no debemos hacerlo. Creo que es un ejercicio de responsabilidad y de altura de miras al que estamos obligados los representantes públicos y que los ciudadanos agradecerían enormemente.
El PSOE ha tendido la mano al PP para alcanzar un gran pacto de Estado sobre la base de dos razonamientos esenciales: la necesidad urgente de abordar una reforma financiera definitiva (a estas alturas ya todos parecen, por fin, darse cuenta de que ésta es una crisis financiera) y que la austeridad por sí sola no es ninguna panacea, que se necesita reactivar la economía y generar empleo para que no caigamos en el colapso total.
Andalucía está cumpliendo con España. Somos una comunidad responsable y estamos cumpliendo con los ajustes impuestos por el Gobierno central. Pero seguimos reivindicando que la reducción del déficit público que se nos ha asignado, al conjunto de las comunidades autónomas en general y a Andalucía en particular, es injusto y desigual.
Porque no nos resignamos a que esta crisis se lleve por delante las conquistas sociales que tanto nos han costado conseguir, en Andalucía vamos a cumplir con la reducción del déficit impuesta manteniendo el empleo público, sin privatizar servicios sanitarios o educativos y con la educación como prioridad. Creemos en la igualdad de oportunidades y bajo esa premisa hemos construido nuestra propia hoja de ruta, sin despidos de empleados públicos y sin mermas de las prestaciones educativas y sanitarias.
En estos difíciles momentos de primas de riesgo desbocadas y rebajas de agencias de calificación (por otra parte ya en sí mismas bastante descalificadas), toca defender a España, toca defender a Andalucía. Con visión de Estado, de que todos somos Estado. Tal y como supimos hacerlo en 1977 con los Pactos de la Moncloa.
Como vengo diciendo estos días: Rajoy puede no necesitar los votos de la oposición en las Cortes, pero España sí necesita el consenso. Y en esta tarea no sobra nadie. Hacemos falta tod@s.

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