Griñán diseña un Gobierno para el combate político

Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

"Este es mi Gobierno, con mi gente". Con esos dos posesivos el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se refirió brevemente y poco antes de hacerlo oficial a su flamante Ejecutivo. El líder socialista se ha hecho un Gobierno a medida, paritario, muy político, con Susana Díaz, la secretaria de Organización del PSOE-A, en Presidencia. Esto le da manos libres para superar otra de las tareas hercúleas que tiene por delante: renovar un Partido Socialista en horas bajas. Será el Gobierno que estrene el pacto con Izquierda Unida y desafíe a las políticas de Mariano Rajoy. Griñán, que mañana empezará a probar la cohabitación con tres consejeros de IU, fue muy hermético con sus grandes apuestas.

Se rumoreó mucho la posibilidad de que emulara lo que se ha llamado una operación Pajín, en referencia al movimiento interno que hizo Zapatero sacando del partido y dándole un Ministerio a Leire Pajín y José Blanco. Algo parecido ocurrió ayer. Sale Micaela Navarro. Los críticos, afines a la vieja guardia de Manuel Chaves, consideran que lejos de dar señales de integración ante el próximo congreso socialista, han sido laminados. A la jiennense le pasa factura la guerra interna. Una de las consejeras veteranas y más solventes se convirtió en el rostro del sector crítico del PSOE-A. "Para su salida no hay ninguna razón especial", dijo Griñán. En su círculo más próximo entienden que a Navarro no le perdonan que en el último congreso federal apoyara a Alfredo Pérez Rubalcaba, quien ayer acompañó a Griñán. También estuvo Carme Chacón, que se fundió en un cariñoso abrazo con Susana Díaz, su gran valedora, junto a Griñán, en Andalucía.

La que ha sido la número dos en el PSOE-A pasará a ser su mano derecha en el Gobierno andaluz, ocupando la consejería de la Presidencia. Este movimiento desplaza a Mar Moreno, que pasa a Educación, la política más importante, destacó el presidente. Griñán confirmó que Díaz dejará el partido en el próximo congreso regional, que está previsto antes de julio. Las lecturas internas se disparan. Para algunos a Díaz le retiran su poder con una ascenso institucional. Para otros el movimiento puede interpretarse en clave sucesoria. Ella será el contrapeso político de Valderas y la cara de la confrontación frente al Gobierno.
El secretario general del PSOE andaluz tiene en la cabeza planes para darle un vuelco a un partido que ha resistido el vapuleo en las urnas pero que ha perdido miles de votos y que no acaba de dar con la tecla para conectar con la sociedad. Habrá intercambio de perfiles. Francisco Álvarez de la Chica, exconsejero de Educación, tendrá un papel importante en el futuro del partido. Griñán cuenta con él, dijo, para recuperar terreno social. Pero no está nada de claro que vaya a ser el secretario de organización. El líder socialista también cuenta con Clara Aguilera, para quien tuvo un gesto de cariño después de que haya perdido a su hermano. Salen además Manuel Recio (Empleo desaparece), Francisco Menacho, Paulino Plata, Juan José Díaz Trillo y Josefina Cruz Villalón.

El presidente ha ignorado las tradicionales cuotas territoriales que mandan dentro del PSOE-A. No hay consejeros de Almería, Cádiz, Granada y Huelva. Esto no ha sido fácil y han existido muchos tirones internos que pueden traducirse en problemas futuros "Todos los consejeros son de las ocho provincias", zanjó Griñán, quien avanzará en su plan de reducir a no más de seis o siete las delegaciones provinciales, tradicionales cotos de los dirigentes provinciales del PSOE-A.

El Gobierno andaluz se ha reducido de trece a once consejerías. El número dos en el organigrama lo ocupará el vicepresidente, Diego Valderas, que además ostentará la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales. La Consejería más relevante será la de Presidencia e Igualdad. Griñán mantiene a su núcleo duro. Nunca ha sido duda el consejero de Economía, Antonio Ávila, su persona de mayor confianza. Tendrá nuevas competencias con Empleo. También renueva a Carmen Martínez Aguayo, otra de las originarias de su equipo tras su desembarco en Andalucía en 2004. Habrá una macroconsejería social. Salud sumará las competencias de Bienestar Social.

Se mantiene María Jesús Montero, la única de las que apostó abiertamente por Rubalcaba que ha sobrevivido. Igualmente repite el malagueño Luciano Alonso que pasa a Cultura y Deporte. Alonso ha sido un compromiso personal del presidente y cuota de Málaga, que ha perdido su tradicional consejería a favor de IU. La federación de izquierdas ha optado por otro malagueño, Rafael Rodríguez -que ayer se ausentó de la toma de posesión de Griñán "por motivos personales"-, para ocupar Turismo, una de las joyas del Gobierno.

La comunista Elena Cortés, de Córdoba, ostentará Fomento. Griñán ficha a Luis Planas para Agricultura, que compatibilizará además con medio ambiente y ordenación del territorio. Planas, que ya ocupó esta cartera en 1993, encaja a la perfección en un departamento que deberá pelear por las ayudas de la PAC. Este veterano, amigo del presidente, fue embajador en Marruecos y conoce bien Bruselas. El otro fichaje de Griñán es el fiscal Emilio de Llera para Justicia e Interior. Muy del gusto del mundo de la judicatura, que recelaba de que estas competencias fueran a IU, De Llera ha desarrollado su vida profesional en Sevilla. Se comentaba su conocimiento del caso de los ERE, que instruye un juzgado sevillano. Griñán ha optado por el periodista y exdiputado Miguel Ángel Vázquez para la portavocía del Gobierno y mantendrá como su viceconsejero a Antonio Lozano. El líder del PP-A, Javier Arenas, no acudió al Parlamento pero sí criticó al Ejecutivo: "Griñán ha hecho el Gobierno más radical y menos institucional de la historia de Andalucía".

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