Los escoltas

Joaquín Abad
Exdirector de La Crónica

Tras haber salido ileso de un tiroteo cuando me aproximaba a la finca donde vivía, hace años, mientras era director de un diario en Almería, el gobernador civil ordenó que se me asignara escolta policial en la ciudad y escolta de la Guardia Civil en la provincia. Mi experiencia en aquellos años de "guerra" contra la mafia local, que controlaba la prostitución, la droga, la extorsión, fue amarga porque hasta que la Guardia Civil, que no la Policía, logró detener al jefe de la mafia. Aquello parecía Sicilia. Asesinatos, atropellos, incendios intencionados, palizas, tiroteos... Almería, durante varias décadas, se asemejaba a las provincias italianas dominadas por la Camorra napolitana. Casi todos los medios informativos, excepto el que yo dirigía, silenciaban los atropellos por miedo a represalias. No los culpo porque hacer lo contrario, informar y perseguir a los mafiosos, salía muy caro. Sobre todo sabiendo que esa mafia estaba infiltrada en la policía, que miraba para otro lado cuando de trataba de investigar hechos delictivos conocidos.

Pues bien. Mi experiencia con los escoltas policiales es que nada más ser asignados a mi protección visitaron al jefe mafioso, Juan Asensio, y se disculparon con el argumento de que se lo habían impuesto... En una ocasión, en los pasillos del juzgado, el jefe mafioso se me acercó, insultándome y lanzando escupitajos mientas mi escolta policial se hacia el distraído...

Con los escoltas privados también tengo experiencias chocantes. Con el paso de los años el jefe de una empresa privada de seguridad, al que mi empresa había contratado el servicio de escolta, me contó que él personalmente y el escolta asignado acudieron a la llamada del jefe de la mafia y les prometieron que le ayudarían y darían datos de mis itinerarios. En una ocasión, luego se supo, el escolta llamó al mafioso para informarle que a determinada hora tenía previsto llevarme al centro de impresión, en las afueras de la ciudad, de madrugada... La guardia civil, que no sé cómo se enteró, evitó que el vehículo conducido por Juan Asensio y sus secuaces se me acercara...

Como reportero antes de director me tocó informar de multitud de atentados de ETA. En la mayoría de los casos los escoltas o el chófer también eran víctimas mortales. Eso en España. En otros muchos países los escoltas se venden al mejor postor y nunca sabes si con lo que pagas estás de verdad protegido. Creo que en España los escoltas son un símbolo de distinción, un lujo que pagamos los españoles para que miles de altos cargos presuman de ser VIP.

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