Fernando Vidal Tudela
Arquitecto
Justo al comienzo de mis estudios en la Escuela de Arquitectura de Sevilla empecé a interesarme por el Toblerone. Cada año que pasaba mi motivación iba creciendo y me daba más cuenta del valor que esa nave había tenido para la ciudad y lo que significaba. Sabía que era el lugar idóneo para realizar mi proyecto fin de carrera, y reutilizarla y reconvertirla en un equipamiento al servicio de la ciudad era la única opción viable que se me pasaba por la cabeza. Cuándo en 2008 comencé a investigar en profundidad sobre la historia del Toblerone y el futuro que el Plan Especial le había asignado no pude otra cosa que sorprenderme y considerar mi proyecto como un reto reivindicativo para reaccionar ante tal decisión política. Cuanto más hablaba con la gente involucrada en el tema, más comprobaba el ansia que tenían por quitarse de en medio la nave cuanto antes sin tener ni idea del valor que podía tener.
Durante las primeras correcciones de mi proyecto fin de carrera con los seis arquitectos de mi tribunal me di cuenta de que no estaba equivocado. Catedráticos de la Escuela de Sevilla me aseguraban que se trataba de una nave única en Andalucía y que tan sólo por el carácter social que el proyecto llevaba intrínseco ya lo hacía de gran valor. Mi profesores respaldaban mi pensamiento de que tanto el volumen como la especialidad, la forma de su cubierta y su coloración son realmente características, y como muchos otros almerienses, no se terminaban de creer cómo podíamos haber pasado por alto la potenciación de esa nave que tanto bien podía hacer a la ciudad.
Personalmente creo que la reconquista del Toblerone podría traer excelentes resultados para todos, y es obvio que es un icono y un hito para la ciudad. Además de representar parte de su memoria histórica podría dar lugar a un equipamiento cultural y social tan necesario para Almería, impulsar y reactivar la ciudad y potenciarla como producto turístico. Muchos otros proyectos de reconversión del patrimonio industrial ya se han llevado a cabo en Europa con excelentes resultados.
Desde la Plataforma “Salvemos el Toblerone” somos conscientes de que estamos hablando de una propiedad privada y el dinero juega el papel más importante en todo este asunto. Aún así no perdemos la esperanza de que pueda salir algo bueno de la nave. Al fin y al cabo, Almería NO necesita viviendas de lujo y no nos la podemos imaginar sin el Toblerone.
(Teleprensa)
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