Pablo Requena
Periodista
¿Las comparaciones son odiosas? Algunas. Otras muchas son necesarias para saber de qué se habla en cada momento. En ese sentido, si comparamos el trabajo del Patronato Provincial de Turismo almeriense del actual gobierno de Amat (PP) con el del anterior gobierno de Usero (PSOE-PAL) se pueden sacar varias conclusiones.
Si a un almeriense medianamente informado de la actualidad de su tierra le preguntan qué es lo que recuerda con más nitidez del periodo en el que el Patronato estaba dirigido por el socialista Paco Iglesias, seguro que lo primero que le viene a la memoria es el bochorno aquel en el que Air Berlin se negaba a negociar nada con la provincia de Almería mientras la Diputación no saldara una deuda de 48.000 euros. Y todo mientras, desde el gobierno de Usero, unos decían que no existía tal deuda y otros que sí pero que se acaba de pagar. Se trata, sin duda, de una eficaz manera de proyectar una imagen seria y positiva de nuestra provincia en Europa.
Aquelgobierno del socialista Usero y el encisistaAñez en la Diputación Provincial llegó a su fin hace un año, con la abrumadora victoria del PP en las elecciones municipales y la entrada de Gabriel Amat a la presidencia de la institución. Y desde entonces, varias cosas han cambiado en el Patronato de Turismo almeriense, a pesar del escaso tiempo transcurrido. Como, por ejemplo, que su dirigente ha pasado de ser un individuo con el carné del PSOE pero con poca o nula preparación turística a ser una mujer a la que no se le conocen afiliaciones políticas pero sí un impresionante currículum, con el dominio de varios idiomas entre otros alicientes. De momento, y con menos de un año en el cargo, ya han aterrizado en el desierto aeropuerto de Costacabana más de 150 turistas suecos gracias a un acuerdo de la Diputación que prevé traer a visitantes de diez países europeos hasta 2013.
Queda tiempo por delante antes de las próximas municipales para que la gerente del Patronato y el propio Amat se columpien una y cien veces y cometan mil y un errores, pero de momento ya le han dado sopa con hondas a sus predecesores, si bien esto último tampoco es, ni mucho menos, un logro de dimensiones bíblicas.
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