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El puerto de Garrucha es prácticamente el único puerto comercial que gestiona directamente la Junta de Andalucía. Todos los demás dependen de Puertos del Estado, como el de Almería y el de Carboneras. El de Garrucha cumple la triple función de ser puerto comercial, pesquero y deportivo. Es su actividad comercial la que le hace ser uno de los puertos más rentables de Andalucía, gracias, sobre todo, a los tres millones de toneladas de yeso que cada año pasan por su dársena. Para transportar el yeso desde las canteras de Sorbas hasta el puerto es necesario el concurso de varios cientos de “bañeras”, que realizan entre 1.000 y 1.500 viajes diarios en total. Hace años, estos camiones pasaban por las calles del pueblo. Garrucha entera estaba embadurnada de yeso. Después se hizo una variante que resolvió sólo parcialmente el problema. La solución definitiva va llegar cuando finalicen las obras de soterramiento de esta variante, que se están haciendo.
Dice la Junta que ésta es la única obra de Andalucía que no está afectada por las restricciones presupuestarias y que los tres millones de euros que faltan para concluirla están a buen recaudo. Y dicen, también, que el retraso se debe a la aparición, no prevista, de roca en el desmonte del terreno donde se están colocando las pantallas laterales. El ayuntamiento de Vera, harto de lo que considera un engaño tras otro, ha cortado un desvío que transcurría por su término y que ocasionaba enormes atascos de tráfico. El de Garrucha también está impaciente, y con razón. El proyecto contempla un amplio bulevar sobre los 250 metros del falso túnel que se está haciendo. La verdad es que, cuando se termine, aquello puede quedar bien. Pero eso: cuando se termine.
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