Mar Verdejo Coto
Ingeniero Paisajista
Este año, el Amanecer en la Alcazaba está dedicado a los Objetivos del Milenio y los Derechos de la Infancia. La idea surgió a raíz de una conferencia que dieron los niños y niñas del Colegio de La Chanca con su maestra Aurora Bolívar, que como un torbellino de luz ha llegado a nuestras vidas. Su fuerza vital no sólo parte de su juventud, sino de la energía vital de querer transformar las injusticias que acechan a los niños y niñas de mundo. Este verano estuvo en El Salvador de cooperante. Ha venido con la mochila llena de sonrisas y juegos, y cuando le he preguntado por la experiencia, ella, con la sencillez que le caracteriza, me dice: “Mar, no tienen nada. Con poco que les des son felices. Los niños más felices”.
Viendo fotos de un país tan lejano como El Salvador parece que la injusticia social y económica que se cierne sobre los niños del mundo quede un poco lejana, y que sólo se nos acerca por la ventana televisiva en imágenes que, como ráfagas, pasan por nuestra mente. Nos hemos inmunizado a esos fotogramas de hambruna, miseria y guerra atroces. Continuamente nos muestran una realidad lejana que parece que no es de “nuestro mundo”. Hace unos días UNICEF y Save The Children han sacado un informe sobre la infancia española en el que, por primera vez, nuestros niños son el colectivo más pobre de nuestro país. Mientras reviso el informe y leo los datos mi indignidad pasa a ser tristeza, de la tristeza paso al dolor, y del dolor vuelvo a la indignidad multiplicada por mil de la anterior.
Haciendo un resumen del informe, que recomiendo que lean y no sólo se lo cuenten, dice: El impacto de los niños en la crisis hace que por primera vez la pobreza tenga rostro de niño. Ya casi son 2.200.000 los niños en riesgo de pobreza relativa, y 1.100.000 viven en pobreza alta. Según los indicadores oficiales, la infancia es el sector de la población más empobrecido. En apenas dos años, el número de niños por debajo del umbral de la pobreza ha crecido un 10 %. Son los últimos responsables de la crisis que estamos sufriendo estos últimos años, y sin embargo son los que más la están sufriendo ¿Por qué esto es prácticamente invisible en el discurso político, social o mediático? ¿Es que no nos interesa el futuro de los niños y niñas del país, y nos interesamos más sobre si se abucheará o no a una institución en un partido de fútbol? Ellos son los que menos capacidad tienen para enfrentarse a la crisis y sus consecuencias.
De un día para otro tienen que ir a comedores sociales, o abandonar la vivienda por desahucio, sin acceso a una educación democrática, sin poder acceder al material escolar, libros de texto, y la situación familiar se hace más compleja por los problemas de desempleo de sus progenitores. ¿Quién cuida de ellos? ¿Se está haciendo algo por mejorar la calidad, eficiencia y la coordinación de las políticas destinadas a la infancia? ¿Tiene la infancia una parte esencial de la agenda política y social? No, no está en la agenda. Es urgente hacer un Plan de Acción de Pobreza Infantil, apremian las ONGs. Ante esto, señores políticos y gestores, sólo nos queda decir: ¡Basta ya! ¿Por qué en los medios no se habla más de esto? Porque sólo vemos inútiles, avaros y sinvergüenzas, que sólo se miran el ombligo y bienes. No son capaces de coordinarse y ni de optimizar los recursos. Los recursos sean muchos o pocos, se pierden en las burocracias de las diferentes administraciones. Y siguen con un discurso lleno de siglas y colores, del que ya ni entendemos ni compartimos. ¡No vamos a tolerarlo más!
El Amanecer del 10 de Junio en la Alcazaba va a ser más especial que nunca. Los niños y niñas gritarán: ¡Basta ya!, y sentiremos un estremecedor lamento de mujeres. Cuando salgamos por la puerta de la Alcazaba , habremos escuchado a los niños, les haremos sentir que no están solos. Les diremos que haremos todo lo posible para que vivan en un mundo más equitativo, solidario, digno, justo y feliz, y que contamos con ellos porque son parte de la solución. En la mente nos llevaremos a casa versos como los de Miguel Hernández en su Nana de la cebolla:
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarcha de azúcar,
escarcha de azúcar,
cebolla y hambre.
Siempre nos han contado que en caso de catástrofe las mujeres, los niños, y los ancianos son los primeros que suben al bote salvavidas.........pero la realidad nos muestra que son las primeras víctimas,lo por tanto, urge transformarla.
ResponderEliminarQuizá, por traer versos de Miguel Hernández, también habría que hacer referencia al niño yuntero... "carne de yugo ha nacido..."
ResponderEliminarEs vergonzoso, realmente vergonzoso que tanto golpeador de pecho en público, en privado sean incapaces de olvidar sus negocios y especulaciones para evitar eso, que los desheredados sean quienes menos responsabilidad tienen en todo eso.