Pablo Requena
Periodista
Dada mi extrema torpeza con los temas científicos, voy a ignorar el dicen que histórico descubrimiento del bosón de Higgs para centrarme en uno de los primeros y más elementales conceptos matemáticos que aprendemos en nuestras vidas: el orden de los factores no altera el producto. En política, este concepto tiene la misma consistencia que la economía griega, y tenemos ejemplos a patadas. Por deformación profesional, hablaré del más reciente, uno que va a estar activo durante todo el fin de semana en Almería y que no es otro que el congreso que el PSOE andaluz está celebrando en El Toyo mientras usted lee estas líneas. Es un congreso en el que, de salir todo como está previsto, Griñán saldrá reforzado y reelegido como líder de los socialistas andaluces. Pero ¿se imaginan si este congreso se celebra antes de las elecciones autonómicas o, mejor aún, que se realiza después de dichos comicios pero con un resultado similar al que daban todas las encuestas? Pues eso, que el orden de los factores es, a diferencia de las matemáticas, elemental en política y de ahí la manida expresión "saber manejar los tiempos", habilidad que se le supone a los administradores de la cosa pública y que José Antonio Griñán ha demostrado tener con creces.
Ahora que me acuerdo de Griñán y compañía no puedo dejar escapar la oportunidad de referirme a la futura presencia de Chaves y el propio presidente andaluz en la comisión de investigación de los ERE. Dicha comisión se celebrará en el Parlamento andaluz, un parlamento que llevaba décadas (mientras el PSOE tenía mayoría absoluta) sin permitir estas investigaciones políticas -cosas de la transparencia y la democracia abierta-.
Pues bien, finalmente ambos comparecerán el día 3 de agosto, en plena operación salida y con unas conclusiones más que pactadas con sus socios de Izquierda Unida, y aún así no puedo dejar de esperar con ganas e ilusión el momento en el que tanto Chaves como Griñán expliquen -con cara de póker, si no es imposible- que ellos no se enteraron en ningún momento de que sus subalternos estaban mangoneando, en sus narices, más de 1.000 millones de euros que debían llegar a los parados andaluces y que se gastaban en coca, putas y demás dispendios singulares.
Y volviendo a la máxima "el orden de los factores no altera el producto", ¿se imaginan el resultado de esta comisión de investigación si el PP llega a obtener el gobierno andaluz en las pasadas elecciones? En definitiva, llevábamos tantísimos años esperando una comisión de investigación en Andalucía que, aunque la de los ERE vaya a ser uno de los mayores paripés políticos de los últimos tiempos -como cualquier investigación que corra a cargo de políticos- algunos la esperamos con ganas. Y para los incrédulos, tranquilos que siempre quedará la juez Alaya.
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