Juan Torrijos
Periodista
Mario Padilla, alcalde de Tíjola |
Hace unos días nos informaban desde Tíjola que su corporación abría los plenos a los vecinos para que pudieran intervenir y exponer sus problemas, sus necesidades, sus inconformidades con los políticos que les dirigen. ¿Durará mucho esta libertad? Gran diferencia con Roquetas, donde si hablas te puedes encontrar en la calle por orden de su alcalde. O el de Mojácar, que ha recibido la noticia de que va a ser investigado por Bruselas por prohibir a los vecinos grabar los plenos públicos. Doña Ros Mari se nos va a convertir en la más cosmopolita de nuestras alcaldesas. Nada más y nada menos que famosa en toda Europa e investigada por Bruselas. ¡Que honor, señora mía! ¡Quien se lo iba a decir! No sé si la hace muy feliz la decisión, lo mismo sí, hay gente para todo, pero quizás debería cambiar de talante a la hora de gobernar su pueblo, lo mismo era más feliz. Luis Rogelio también saca los pies del plato cuando alguna pregunta de Laura Carretero le pone a los pies de las incongruencias políticas de su equipo de gobierno.
No podemos por menos que felicitar al alcalde de Tíjola por su decisión, y si sigue adelante con la medida, con los problemas e inconvenientes que ella le pueda aportar, estará demostrando a sus vecinos y a todos los almerienses ser un demócrata como pocos y que lo más importante para él son ellos, le votaran o no en su momento. Algunas veces los grandes políticos, del PP y del PSOE, tendrían que aprender de esos pequeños pueblos y de sus gestores. Son la prueba de que se puede regir un municipio con la democracia por bandera y con la libertad de todos los vecinos como meta.
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