Zoido cede peso a los líderes provinciales en el PP andaluz

Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

Juan Ignacio Zoido será elegido presidente del PP andaluz este fin de semana en Granada y nada hace temer que vayan a ponérselo difícil a pesar de la contestación interna que en un primer momento provocó su designación y del vértigo en un partido que se enfrenta a una sucesión después de casi dos décadas de liderazgo omnipotente de Javier Arenas. El PP tiene la habilidad de soterrar y acallar las batallas internas. Será complicado que Zoido no concite una mayoría aplastante como aval a su nuevo liderazgo. El alcalde de Sevilla sustituirá a su íntimo amigo pero pilotará el partido a su forma. Arenas seguirá siendo presidente de honor. Lo es desde 1999, cuando marchó a Madrid. A su regreso en 2004 nunca buscó sustituto para ese puesto honorífico.

Zoido lleva semanas repartiendo juego entre los líderes provinciales, ha cedido poder y protagonismo y ha emprendido una especie de gira por las provincias, ayer estuvo en Granada y Almería, para conjurar las tensiones que se dispararon tras su designación. Si algo tiene que vencer el alcalde de la capital es las reticencias que surgieron de las provincias orientales por el hecho de que sea el regidor de Sevilla quien lidere el partido en Andalucía.

Zoido es alcalde de Sevilla y ejerce como tal de forma superlativa. Para compensarlo ha emprendido una política de gestos. El primero lo tuvo con Málaga, donde se desplazó para proclamar la necesidad de tejer alianzas. Pero de todas, quizás la señal más clara hasta ahora la emite su futura dirección, donde ha eliminado cargos en forma de vicepresidencias, vicesecretarías y portavocía para dejar claro que el poder del PP andaluz residirá en su presidente, su secretario general –el también sevillano José Luis Sanz (alcalde de Tomares)–, los ocho presidentes provinciales y las grandes voces municipales. San Fernando, sede regional del PP andaluz, se abre a los líderes provinciales y juega con los equilibrios para relajar suspicacias. Hoy será el malagueño Elías Bendodo quien presente las líneas políticas del congreso de los populares.

Zoido se estrena con la duda de si será él quien aspirará como cartel en las elecciones autonómicas. Su nombramiento ha venido acompañado de un halo de transición. Los más escépticos, sobre todo en las provincias orientales, han aceptado la jugada sucesoria, diseñada –dicen– desde Génova, convencidos de que se volverá a abrir el juego cuando haya que elegir candidato. Se dijo que se daría asiento en su dirección a valores como Carlos Rojas, José Antonio Nieto, Carmen Crespo o Juan Manuel Moreno como futuros aspirantes. Pero Zoido combatirá ese perfil de interinidad y la nueva dirección rebaja esas expectativas. Todos estarán pero el foco estará mucho más difuminado, ninguno llevará claramente el dorsal para saltar al campo electoral.

El alcalde de Sevilla tiene el reto de dotar de discurso a un partido desnortado pese a sumar los mejores datos de su historia. Ayer lo dijo, del 13o congreso del PP-A tiene que salir “el partido ganador para gobernar”. Arenas le deja 3.100 concejales, 33 diputados nacionales, 26 senadores, cinco diputaciones y 265 alcaldes.

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