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Zoido y Almería


Simón Ruiz
Redactor-Jefe de La Voz de Almería

Lo contó Gabriel Amat la tarde del pasado martes, 10 de julio, al largo centenar de dirigentes y cargos públicos del Partido Popular de Almería reunidos en la Junta Directiva Provincial: “Nuestro próximo presidente andaluz también conoce nuestra provincia. El 50 por ciento de Juan Ignaco Zoido es almeriense”. Causó extrañeza, cruce de miradas y encogimiento de hombros la frase del líder provincial. ¿A qué se refería Gabriel Amat? Muy pocos de los presentes conocían hasta ese momento que Zoido Álvarez residió varios años en Almería, donde conoció a su esposa, Beatriz Alcázar Muñoz. "¿Sabes que el concesionario de Citroën era Salinas y Alcázar. Pues ese Alcázar es el padre de Beatriz, mi mujer”. Explicó a LA VOZ DE ALMERÍA con más detalles Juan Ignacio Zoido (Montellano, Sevilla, 1957) su vinculación con esta provincia, a la que llegó en la década de los 70, cuando apenas contaba con 20 años y sus caminos ya se dirigían hacia el mundo del Derecho.

Un tío fiscal en Almería
Juez de profesión, su estancia por aquel entonces en Almería también estuvo cargada de formación como abogado. “Mi tío era fiscal en Almería y venía todos los veranos. En 1975 conocí a Beatriz. Nos casamos y, tras varios destinos profesionales y políticos, establecimos la residencia en la ciudad de Sevilla”. Así que no llega a ser tanto como para afirmar que “el 50 por ciento de Juan Ignacio Zoido es almeriense”, como se encargó de aclarar al auditorio el propio virtual líder del Partido Popular de Andalucía. Lo que, en realidad, quiso decir Gabriel Amat fue que la mitad de esa familia si procede de la provincia más oriental de la comunidad. “Es verdad –dijo en la Junta Directiva en uno de los salones del Gran Hotel- que me siento muy vinculado a Almería. Yo pasé aquí tres años de mi vida”.

De pronto a Zoido Álvarez empezó a refrescársele la memoria. Sobre todo cuando dirigió su mirada a la segunda fila y se encontró con un amigo almeriense de los que dejan huella. “Los dos teníamos mejor aspecto. Éramos mucho más delgados. Jugábamos muy bien al tenis, pero él era mejor que yo. Siempre me ganaba”. Las cualidades de Pedro Carrillo, cirujano almeriense, como tenista fueron explicadas de manera superficial. “Él era zurdo y yo, por más que jugábamos todos los días, no era capaz de cogerle los golpes y cogerle los trucos”. “A mí me marcó Almería por diversas circunstancias. Una de ellas, ya la he dicho. Aquí conocí a mi mujer. Pero hubo otra que también la recuerdo. Quedé huérfano de padre muy joven. Mi madre me enseñó que en la vida nada era imposible, que con esfuerzo se pueden conseguir los objetivos”. Y así siguió contando hasta que en ese empeño en ser abogado, después juez, su carrera política – y alcalde de Sevilla - se cruzó con la de otro político, almeriense de adopción: Javier Arenas.

La confianza de Arenas
Arenas Bocanegra confió en él para ser delegado del Gobierno de José María Aznar en Andalucía, el mismo cargo que ahora ocupa la almeriense María del Carmen Crespo. Corría entonces el año 2002. El PP contaba con mayoría absoluta en La Moncloa. Llegó Zoido a ese cargo público tras haberse estrenado en él en Castilla-La Mancha. En Almería, por aquel entonces, con Juan Enciso ganando elecciones por goleada en El Ejido, seguían los rescoldos de los sucesos de febrero de 2000, a los que tuvo que hacer frente José Torres Hurtado. La inmigración y Almería estaban en el punto de mira. En una ocasión, el que será elegido líder del PP-A negó que se estuviera acosando, desde el punto de vista policial, a los extranjeros que residían en esta provincia.

El exdelegado, antes de que José María Aznar viniera a Huércal Overa a colocar la primera piedra del fallido trasvase del Ebro, conocía las penurias hídricas de esta provincia. Por ello a nadie extraña su encendida defensa del Plan Hidrológico Nacional que diseñó el PP y su posterior derogación por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero nada más llegar al Gobierno. “Iremos a los tribunales”, anunció en abril de 2004, siendo ya secretario general del PP en Andalucía. Ese fue su primer gran ascenso político.

Marcha de Megino y Enciso
A partir de ese momento, ya como mano derecha de Arenas en la formación centrista-conservadora, Zoido tuvo que lidiar con problemas en Almería. Ya estaba fuera del partido, con cinco concejales de GIAL en la capital, el exalcalde Juan Megino. Y después de esa escisión llegaría otra, quizá si cabe de más impacto en la derecha almeriense. Juan Enciso se fue o lo echaron del PP.

“La ejecutiva regional dio por cerrada la crisis del PP en Almería con la salida de Juan Enciso. Su secretario general, Juan Ignacio Zoido, aseguró que con la apertura de su expediente de expulsión y su posterior baja voluntaria, “se pone punto final” a los problemas de la formación en la provincia. “Del tema de El Ejido y Almería venimos hablando desde hace prácticamente un año pero a partir de ahora ya no existe problema”, afirmó Zoido. “El señor Enciso y sus concejales están fuera del Partido Popular y, por tanto, no hay nada más que decir”, añadió el número dos del PP andaluz”. Así reza en la hemeroteca de ‘El País’ en mayo de 2005. Siete años más tarde, el dirigente del PP-A destaca que el partido en Almería está más fuerte y consolidado que nunca. GIAL ya está integrado en el PP. El PAL de Enciso perdió todo el poder que consiguió en 2007. “Nunca hemos llegado a un congreso andaluz en tan buenas condiciones”, dijo el martes Zoido en la capital almeriense.

Después de la travesía del desierto, el PP se declara como partido ganador en Andalucía. El reto del marido de la almeriense Beatriz Alcázar Muñoz es ahora conseguir que el PP gobierne la Junta cuando sean las próximas autonómicas. Hay otro reto personal, quizá más difícil: ganar al tenis al cirujano Pedro Carrillo. La izquierda tiene la culpa.

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