Javier Salvador
Teleprensa
Nunca he visto tanto puesto de patatas asadas juntos como en la Feria de Almería. De hecho, si no fuese por ellos, más hubiese valido colgar el cartel de “Feria suspendida por inútiles”, porque a las cuatro casetas mal contadas que hay en todo el recinto y lo justito que está el asunto en atracciones no se le puede llamar, de ninguna de las maneras, Feria y Fiestas de una capital que se precie y con más de 170.000 habitantes.
Cartel de la Feria |
Creía que en estos tiempos de millones de parados la clase política sólo había perdido la vergüenza, pero entiendo que no, que además se han debido dejar por el camino el cubo de las ideas, porque no se puede ir de mal en peor cada año y no hacer nada al respecto. Es cierto que la crisis azota como nunca, pero quizás por ello, por esa situación especial en la que la gente de la calle necesita una vía de escape, aunque sólo sea por una semana, alguien debería haber tomado el toro por los cuernos y haber dado la nota trabajando un poquito la Feria de Almería de este año.
Como está claro que el concejal de turno, que no tengo ni idea de quién es ni me importa mucho, no va a presentar su dimisión por incapaz, lo único que se me ocurre es que entre todos le aburramos a ideas para ver si así encuentran un camino, porque no sé si seremos capaces de articular entre todos uno correcto, pero lo que está claro es que este quipo de gobierno el único camino que sabe tomar es el del carril privado hacia el aparcamiento VIP, que eso sí se lo saben organizar bien mientras el resto de la gente se pega unas caminatas del quince para llegar al puñetero recinto ferial.
Ideas, como por ejemplo, trabajar un poquito más en la comercialización de la Feria. Llamar a los feriantes y no esperar a que sean ellos los que vengan a pedir permiso. Proponerles precios especiales de crisis, incluso regalarles el espacio a ocupar a cambio de una bajada en los precios de cada viaje.
Igualmente, en el mismo sentido, y visto que hay nueve casetas reales en la avenida destinada a lo que se supone da imagen a la Feria, nos toca empezar de cero para recuperar la feria de la noche. A ver si me entienden, si tienen que regalar el espacio que lo regalen, que muerto de risa y vacío lo único que produce es pena. Y pueden pensar, además, que igual el Ayuntamiento no ingresa, pero sí que lo haría indirectamente porque cada caseta seguro que contrataría entre tres y cinco camareros por feria, y si nos vamos a datos de otros años podemos encontrarnos con que, por lo menos, la Feria hubiese servido para dar trabajo a otras doscientas personas más.
Lo único que se pide es sentido común, que espabilen de una jodida vez y que se ganen el derecho a aparcamiento VIP y sueldo cojonudo mientras el resto pasa penurias. Es lo único que se pide, sentido común.
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ResponderEliminarLa feria de mediodía también es penosa. Con ocho ambigús en manos de los de siempre sin opción a más, todas la calles abiertas al tráfico, pésimo servicio de autobuses, etc. Después de los exitosos primeros años de la feria de mediodía con el paseo lleno de gente vestida de gitano/a, sevillanas, caballos, etc nuevamente volvemos a tener una feria de pueblo, con poco ambiente y comodidad, ya no nos visita nadie de fuera por que es cutre (para pasárselo bien se van a Málaga) y la feria queda reducida a los pocos almerienses que terminan de trabajar y se toman algo. Poca imaginación por parte de la corporación municipal o seguro algo se nos escapa.
ResponderEliminarTotalmente deacuerdo con Mankita. A la feria ya solo salen los almerienses, y cada vez menos. Normal: 2,40 por un vaso de hielo con tinto y tres granitos de arroz pasado y un trozo de plan en un plato. Se han ido cargando poquito a poco la feria hasta que da auténtico asco. En vez de hacer el paseo de caballos por el paseo, se lo llevan al ferial para que lo vean las 4 personas que van allí a pasar calor.
ResponderEliminarVamos hacia el modelo de feria sevillana a pasos agigantados.