Juan Torrijos
Periodista
Doña Adela Segura, a la que, por cierto, un cambio de imagen no le vendría mal, atacaba hace unos días, como en ella es habitual, entrando a matar, al diputado provincial y andaluz del PP, Miguel Ángel Castellón. Uno esperaba que don Miguel Angel saliera a la palestra a contestar las acusaciones de la señora Segura. Nos hemos quedado con la ganas. O no tenía forma de defenderse de las críticas o no sabe o no le ha dejado el presidente Gabriel Amat. Cualquiera de las opciones que tomemos no deja demasiado bien parado al popular pepero. Primera: no tenía forma de defenderse, por lo que hay que pensar que la crítica de Adela tiene fundamento. Segunda: no sabe defenderse, por lo que habría que preguntarse de dónde ha sacado el señor Amat al señor Castellón para tan altos vuelos. Tercera: no le han dejado. Esta la podemos unir con la anterior.
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| Miguel Ángel Castellón |
El caso concreto es que tuvo que ser el brazo derecho del presidente, el omnipresente Javier Aureliano, el que se pusiera la toga política y defendiera a su compañero de las críticas socialistas. No se aportó ningún argumento en su defensa, lo que no es bueno para el señor Castellón. Debe tener razón Adela. Se dedicó el vicepresidente de la institución, como viene siendo habitual en política, a poner en marcha el ventilador y el tú más. Miguel Angel, te han dejado tus jefes como a Cagancho en Almagro, chico. Lo siento, caballero. Lo mismo tú tenías algún otro argumento con el que convencer al personal ante las críticas socialistas, pero nos hemos quedado con las ganas de conocerlo. Los jefes políticos, en algunas ocasiones, son crueles. Y ésta es una de ellas.
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