Juan Torrijos
Periodista
Por su temperamento pensé que se iba a tomar peor su cese. La procesión debe ir por dentro. En la entrevista concedida a la Ser don Manuel estuvo político. Comedido, correcto. Explicó su trabajo a lo largo de los muchos años al frente de la delegación de Salud y se puso alguna flor. Estaba en su derecho al hacerlo. El problema del señor Lucas ha sido su larga estancia en el mismo despacho. Si ocho años al frente de cualquier cargo político es mucho, lo de don Manuel en salud ha sido de escándalo. El poder desgasta y durante tantos años desgasta más. Con todo, algunos creíamos que volvía a salvarse de la crisis.
Luces y sombras. Evidentemente. Luces para los suyos, sombras para los rivales. ¿Y para el usuario de la sanidad? Ha habido de todo. Experiencias buenas y malas. Yo no puedo hablar de las primeras. Mi paso por la Seguridad Social ha sido como para olvidarla. Y como en cuestión de enfermedades a los pacientes no nos valen las encuestas a que tan aficionado se ha mostrado siempre el ex-delegado, no puedo por menos que manifestar que son muchos los cambios que necesita la sanidad andaluza. Estoy convencido de otros dirán que la suya ha sido muy positiva, pero yo, cuando necesité la sanidad pública que vengo pagando desde hace más de cuarenta años, me tuve que ir y de urgencia a operar a la privada. Ya sé que otros almerienses, y también de urgencia, han sido operados a cargo de nuestra sanidad en París de la Francia.
Lo siento, sólo puedo hablar bien de la receta electrónica. Me ha evitado muchas visitas al médico. Por lo demás, mejor olvidar. Adiós, don Manuel, y que le vaya bien en el futuro.
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