Joaquín Abad
Exdirector de La Crónica
Rosa María Calaf |
Son pocas, diría que poquísimas, las empresas editoras que en ese siglo dedican periodistas a investigar. Sólo les interesa la información fácil, la que llega por la nota de prensa y las ruedas de prensa sin preguntas. Así no se comprometen, claro. Y así agradan al político que, a cambio, como hace la Generalidad , como hace la Junta de Andalucía, como hace el gobierno gallego, le llenan de millones de euros en publicidad institucional, cuando no en subvencionar la reconversión en las rotativas. Los editores, que antes, en el siglo pasado, lanzaban a sus profesionales en busca de noticias verdaderas, crueles y desnudaban la corrupción, ahora miran para otro lado. El resultado es que, con la complicidad de toda una generación de profesionales dóciles, periodistas que buscan la palmadita, el periodismo auténtico ha muerto.
No está en
Es una vergüenza, pero basta ver como la prensa, en general, ha tratado el escándalo de los eres en Andalucía para entender que esta sociedad no dispone del contrapeso de los medios, de los periódicos. De los periodistas, claro.
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