Nos invade el pesimismo


Antonio Fernández
Periodista

El horizonte económico no acaba de despejarse y eso se nota en las respuestas obtenidas por la Fundación Cajamar en su encuesta habitual entre los considerados expertos en las economías locales. De hecho el resultado de la última oleada, correspondiente a la primera mitad del verano, arroja los peores resultados desde febrero de 2008 y evidencia, mostrando una situación de pesimismo que no parece que vaya a remitir pronto. Los factores externos no ayudan precisamente a un cambio en las opiniones de empresarios y expertos en economía y, según los técnicos de Cajamar, tanto los datos del PIB publicados en el mes de julio como la evolución del empleo recogida en la Encuesta de Población Activa “retraen el optimismo en la evolución de la situación económica”.

La cuestión es que en junio se produjo una cierta tendencia positiva en este indicador, debido a una leve mejoría del empleo y a factores que parecían indicar si no una recuperación, al menos si un paréntesis en la permanente caída de los indicadores. Sin embargo los datos del PIB adelantados por el Banco de España, un nuevo incremento del paro e incluso un descenso en los datos de un sector turístico del que se esperaba algo más este año, no dejan lugar a la duda y apuntan con claridad al hecho de que, hoy por hoy, España y el conjunto de sus regiones siguen en recesión.

Europa tampoco ha venido a ayudar en la recuperación de la confianza, sobre todo después de la tormenta desatada semanas atrás sobre la solvencia de España, con una prima de riesgo disparada por encima de los 600 puntos que ha pesado en el ánimo de los agentes económicos. Ni siquiera una posterior intervención de Mario Draghi, afirmando que el BCE haría lo que fuera para mantener el euro, ni el rápido enfriamiento de la prima de riesgo, consiguieron levantar el ánimo de los pesimistas.

En Almería sólo el sector de las hortalizas ha permitido un respiro en esos niveles de confianza, sobre todo después de conocerse los primeros datos de la última campaña, que otorgan una salud bastante robusta a la agricultura almeriense, el pulmón que está tirando de la economía provincial en estos tiempos convulsos. Algunos de los principales productos del campo almeriense, como los tomates, el calabacín o la sandía, han arrojado resultados positivos en este último ejercicio que permiten mantener un cierto optimismo de cara al futuro.

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