Teatrillo del agravio

José Fernández

Periodista

Griñán dice que está dispuesto a cerrar hospitales y colegios en Andalucía si el Gobierno no deja a la Junta nuevos márgenes para seguir endeudándose. Y lo mismo es capaz de hacerlo para continuar así la espiral de confrontación que ya anunció tras su inesperada carambola postelectoral, cuando manifestó su intención de convertir a Despeñaperros en una especie de Línea Maginot del progresismo sostenible contra los panzers del tardofranquismo maléfico, o como se diga. Pero a lo que no está dispuesto el señor Griñán es a reducir o disolver la amplísima red de empresas públicas, institutos de propaganda, fundaciones innecesarias, inexplicables observatorios, estipendios sindicales, chambaíllos familiares, excursiones presuntamente solidarias y abrevaderos para militantes socialistas que sostiene y subvenciona generosamente la Junta de Andalucía. La misma que dice que por culpa del Gobierno no tiene dinero para sanidad y educación.

Yo no sé si el problema de España es su modelo autonómico, pero lo que sí parece incontestable es que la gestión de ese modelo ha convertido al actual diseño autonómico en una maquinaria trituradora de dinero y recursos a beneficio de los intereses del partido de turno, cuando no de las ensoñaciones soberanistas más delirantes. Pero no es de recibo plantear ahora este teatrillo del agravio, justo cuando los foros internacionales sobre los que pivotan nuestras posibilidades de recuperación económica miran con detenimiento y prevención los movimientos de las diferentes autonomías, a las que consideran en buena medida responsables de la actual bancarrota nacional. Y lo mismo llevan razón y todo.