Andalucía, el presupuesto imposible

Isabel Morillo 
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, vive en una montaña rusa. Negocia contrarreloj y con prudencia con el Ministerio de Hacienda, Cristóbal Montoro, en una mesa que abarca varios asuntos cruciales para el futuro de Andalucía. De un lado, las condiciones de un anticipo urgente que debe llegar antes del 4 de octubre, fecha en la que la Junta afronta un pago por vencimientos de su deuda de 600 millones de euros. Por otro, las condiciones de un inevitable rescate que se articularía, parece ser que sin condiciones políticas –así al menos lo cree el Gobierno andaluz– a través del Fondo de Liquidez Autonómica. Y por último, y quizás lo más importante, forcejea con el departamento de Cristóbal Montoro para que el Gobierno central reconsidere el durísimo objetivo de déficit impuesto a las comunidades (0,7%) y replantee el límite de endeudamiento para las autonomías. En las condiciones actuales, Andalucía –una de las comunidades, según el Banco de España, con la deuda más baja– se enfrenta a otro recorte de 2.735 millones en su próximo Presupuesto. Ése que es imposible elaborar.

Griñán, con su consejera de Hacienda
No es ningún secreto. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, irrumpió este verano para avisar de que solo saldrían los números de 2013 si se cierran colegios, hospitales o se despiden empleados públicos. La contundencia motivó una llamada del presidente Mariano Rajoy y desde entonces se mantienen abiertos los cauces de comunicación. Esta semana en el Parlamento andaluz, la consejera de Hacienda se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de cerrar un acuerdo que suavice el techo del endeudamiento para Andalucía. A la vez, el ministro Montoro en el Congreso dejaba claro que Andalucía recibirá de forma inminente un anticipo para aliviar su asfixia financiera, si bien lo vinculó, en una parte, al Fondo de Liquidez Autonómica. En este punto, y pese a la extrema prudencia que dirige al Gobierno andaluz, sonó estridente la durísima queja del PSOE-A. Su vicesecretario de Organización, Mario Jiménez, habló de una “tomadura de pelo” y volvió a repetir que el PP quiere ganar Andalucía por la vía de la asfixia financiera. El Ejecutivo andaluz rápidamente se apartó de ese tono aunque sí dejó claro que hay todavía muchos flecos pendientes. Los socialistas alegan que su papel es el de subir la presión frente a Rajoy.

¿Realmente en que punto está la negociación? Hay nervios. Hay mucho en juego y existe desconfianza por más que Griñán y Rajoy hayan pactado enterrar la confrontación en este capítulo. La semana arrojará luz. Entre el jueves y el viernes se espera que el Gobierno presente el primer avance de los Presupuestos Generales del Estado. Serán datos definitivos para Andalucía.

Si la negociación con el Gobierno central falla, la situación será muy grave. En ese caso, el Ejecutivo de Griñán no podría cuadrar sus números, advierten. Y sin presupuesto, lo más probable es que, antes o después, se convoquen elecciones.

En caso de que se arruine el diálogo, los socios de Gobierno, IU, apuestan por la insumisión y por incluir en los Presupuestos esos 2.735 millones de euros que Rajoy obliga a recortar para reducir el déficit. Serían, dice, una partida fantasma como ocurrió durante años con la deuda histórica. El Gobierno de Aznar no la pagaba pero la Junta consignaba 20.000 millones de pesetas anualmente en un gesto de reivindicación y rebeldía. Pero en aquellos 90, ni la situación era tan grave como ahora, ni el Presupuesto tan escuálido, ni existía la Ley de Estabilidad, que permitiría directamente al Gobierno central intervenir Andalucía. En esas está Martínez Aguayo. Y ahora, se abre la financiación autonómica. Las negociaciones entre bambalinas van a ser cruciales.

De cómo acabe todo dependerá la actitud que el presidente Griñán debe el 2 de octubre a la Conferencia de Presidente. De momento, al oírlo hablar, parece que sigue la luna de miel con el Gobierno de la Nación. Griñán no tiene ninguna interlocución con el líder del PP-A, que sigue a lo suyo, a la gresca del “rescate político”, pero sí ha intercambiado impresiones con Javier Arenas, a quien el socialista sitúa muy cerca de Rajoy y de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La irrupción de Cataluña no ha hecho más que estrechar estos nuevos lazos. Habrá que ver si esta nueva etapa sobrevive o si se vira hacia posiciones más duras. En el PSOE, en IU y en el PP hay muchos a quienes les gustaría coger el timón y dar un giro radical a la estrategia. Pero que nadie olvide que más allá del tactismo político, aquí hay mucho en juego. Lean el rosario de titulares: los constructores andaluces están “al límite” y la Junta les adeuda 800 millones de euros; las universidades exigen cobrar 750 millones porque su situación es “insostenible”; y el llamado tercer sector, ONG y pymes que trabajan para colegios, guarderías y otros servicios sociales, está al borde del colapso. Ruina que necesita altura política. A ver qué pasa.

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