Juan Torrijos
Periodista
Me tienen echo un lío. De pronto aparece una información que nos dice que la Autovía del Almanzora no entra en las prioridades de la Junta. El PP monta en cólera. Los vecinos se arremolinan, los medios ponemos el grito en el cielo. Ante el paperío montado, Sonia Ferrer (cara de la Junta por estas latitudes y, según ella, la más preocupada por las cosas de Almería) y Encarna Caparrós (delegada de Fomento y muchas cosas más por Izquierda Unida) convencen al personal de que no se ha perdido el interés por esas obras, paralizadas, eso sí, desde hace muchos meses. Los vecinos posponen las protestas, como no podía ser de otra manera.
No han pasado tres días de las benditas ilusiones de las dos políticas en coalición cuando nos llega la noticia de que en el parlamento andaluz la señora consejera, doña Elena Cortés, compañera de partido del señor Valderas y de Sánchez Gordillo, dice que no es prioritaria la dichosa Autovía del Almanzora para la Junta. Toma castañas. Las ha planchado y sin enchufar la Jata. ¿Doña Sonia y doña Encarna salieron a la palestra sin saber lo que pensaban en la Sevilla y en la consejería sobre la autovía almeriense?
De ser así, y lo parece por lo dicho en sede parlamentaria por la que más manda en Fomento, la próxima vez doña Sonia y doña Encarna se lo deben hacer mirar antes de hablar. Quedar como han quedado no es plato de gusto para nadie. Claro que llegó el superjefe Griñán y dijo aquello de que se hará en su plazo previsto y todos contentos. Las delegadas han salvado la honrilla, los vecinos han dejado las pancartas y el PP a ver si comienzan las paradas obras.
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