El peligro de la política gratis

Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

La iniciativa aprobada por el Parlamento de Castilla-La Mancha a petición de la popular María Dolores de Cospedal calienta el debate sobre el sueldo de los políticos españoles. La secretaria general del PP, que durante años se embolsó tres salarios (240.000 euros anuales), ha pedido que los diputados no perciban retribución. Propone que vivan de su actividad profesional privada y que cobren dietas por la asistencia a plenos. El debate está servido en un país que desprecia a su clase política, la sitúa entre sus principales problemas y cunde el discurso del político como un vividor y un parásito, en lugar de como un servidor público. Algo tendrán que ver los protagonistas. El debate enciende los ánimos. Hace poco se extendió como la pólvora por las redes sociales un informe plagado de datos falsos que hablaba de más de 450.000 políticos en España. De ninguna manera la cifra se corresponde con la realidad. No hay un censo oficial, según el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, que remite a las cifras de cargos electos salidos de las urnas: 71.668. Habría que sumar los altos cargos de las administraciones.

Una sesión del Parlamento de Andalucía
El debate cogió fuerza después de que el Gobierno de Mariano Rajoy anunciara una reducción del 30% de los concejales de España. Tras la iniciativa de Cospedal, el PP andaluz trata de importar ese debate a Andalucía. El grupo popular ya llevó una iniciativa al Parlamento que proponía la reducción de diputados. Andalucía, con 8 millones de habitantes, tiene 109 escaños autonómicos. Izquierda Unida, el partido minoritario que ha sobrevivido en la Cámara, defiende que se amplíe el número –aunque cobren menos para no incrementar los costes– porque el reparto actual beneficia en exclusiva a los grandes partidos, PSOE y PP. La reforma de la ley electoral es precisamente uno de los puntos del pacto de gobierno entre socialistas e IU. No es una prioridad, dice el Ejecutivo. En ningún caso, admiten, van tampoco a apoyar una reducción de escaños que, avisan, solo redunda en un recorte de democracia.

La opción mayoritaria de los ciudadanos será la de que desaparezcan políticos. La gente está agotada, pasándolo muy mal. Hay un buen caldo de cultivo. Pero habría que alertar de todos los peligros. ¿Se pondría en manos de un cirujano que no cobre un sueldo y que acuda a la mesa de quirófano a matar sus ratos libres? ¿No le daría más confianza un médico que cobre por su trabajo y lo ejerza con profesionalidad, rigor y vocación? El ejercicio gratuito de una actividad acaba por dar calor al pillaje. Un galeno sin sueldo será presa mucho más fácil para que los laboratorios lo manejen a su antojo a cambio de alguna golosa gratificación pecuniaria. Hacer la política gratis, advierten también muchos, conllevaría además que solo podrían dedicarse a esta profesión-vocación herederos de grandes fortunas o empresarios de éxito en etapas pasadas. Los que no necesiten un sueldo para vivir. ¿No es esto alejar la política aún más de la calle y la vida cotidiana?

Según datos oficiales, los diputados cobran un sueldo base de 3.113,26 euros al mes. Reciben ayudas de manutención que pueden ir de los 200 a los 500 euros mensuales. Los portavoces tienen un complemento de 965,48 euros. En julio, estos sueldos se recortaron un 6%. Al prometer su cargo, reciben portátil y un móvil. No tienen derecho a paro, pero Andalucía reguló hace poco el derecho a que cobren una asignación temporal al dejar el escaño. Un mes por cada año de ejercicio, con un mínimo de tres y un máximo de doce. Igualmente se endureció la incompatibilidad entre la actividad política y la profesional. Y todos sus bienes son públicos en internet. ¿Son sueldos muy altos? Si hablamos del salario medio, son desproporcionados. Si comparamos con los del Ibex 35, son de risa.

Hay debate y la clase política debe asumirlo con seriedad. Posiblemente la gente no quiera políticos que ejerzan gratis, pero sí representantes honestos, trabajadores, responsables y que no toleren abusos con dinero público. Ejemplo: los ministros británicos van en metro al trabajo. Hay plenos del Parlamento andaluz que se celebran con el hemiciclo vacío. Da vergüenza. Pero sí trabajan, en la pasada legislatura se aprobaron 34 leyes, 272 comparecencias del Gobierno (1053 en comisión) y se contestaron 1506 preguntas en pleno. El Presupuesto del Parlamento para 2012 es de 41,6 millones de euros. Se redujo por tercer año consecutivo. ¿Es excesivo en un Presupuesto para Andalucía de 32.000 millones? Hay parlamentarios buenos, regulares y malos. Los hay trabajadores y productivos y otros que han llegado donde están porque saben moverse entre las bambalinas del poder. Los pelotas duran más. Se prima la distancia del domicilio del diputado pero no su productividad. Sería mejor que el debate fuera el de si los ciudadanos tienen derecho a listas abiertas al votar. Así, no ocuparían los escaños los que mejor se arrimen al poder y copen los primeros puestos, sino los que más conecten con la gente y sus problemas. Puede ser sano que el político haya tenido una actividad profesional al margen de la política. También que exista la limitación de mandatos y no proliferen políticos de por vida. Es intolerable que haya corruptos condenados en activo. Los partidos deben de diagnosticarse, usar la autocrítica y reinventarse. Pero de ahí a proponer la política gratis… menudo peligro.

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