M. P.
El Plural
El crecimiento del independentismo en Cataluña, amparado en un sentimiento de desafección con España, está teniendo efectos reflejos en otras regiones del país que se ven acrecentados, a diferencia de en otras épocas, por la llegada de las redes sociales. Es el caso de un texto de Jordi Pujol, expresidente de la Generalitat , que ha vuelto a la actualidad medio siglo después. En concreto se trata de un extracto de un libro suyo sobre inmigración en el que afirma que "el hombre andaluz (...) es un hombre poco hecho (...) que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual" y que "constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España".
Jordi Pujol y Duran i Lleida, en la manifestación por la independencia de Cataluna |
El pasaje forma parte del libro La inmigración, problema y esperanza de Cataluña que fue publicado de forma clandestina durante la dictadura, en el año 1958, para después ser reeditado en 1976. Desde entonces, el pasaje ha sido resucitado en varias ocasiones generando polémicas en su reedición y 20 años después, en 1997, durante el Gobierno de Aznar. Ahora, con motivo de la ofensiva independentista las redes sociales han ayudado a propagarlo otra vez. El texto viene a decir lo siguiente:
El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (…) es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. E introduciría su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir, su falta de mentalidad.
Disculpas en Sevilla.
Con su salida de la clandestinidad, en 1976, el texto de Jordi Pujol alcanzó mucha popularidad y amenazó a sus aspiraciones electorales y las de CiU con la llegada de la democracia. Entonces, el político catalán salió al paso de la polémica con dos iniciativas. La primera fue ir a Sevilla con motivo de la reedición de su obra para pedir disculpas públicas. La segunda consistió en publicar dos artículos consecutivos en el diario El País en marzo de 1997 con idéntico título que el de su texto, La inmigración, problema y esperanza de Cataluña.
Artículos en El País.
En dichos artículos Pujol establece un “diálogo catalano-andaluz” en el que explica su visión de la inmigración a Cataluña, un fenómeno protagonizado en gran medida por andaluces (ahí están la Feria de Abril de Barcelona o José Montilla, expresidente catalán nacido en Andalucía). “Si de algo no se me podrá tachar es de oportunismo, de haber empezado a hablar de estos temas sólo ahora, coincidiendo, sospechosamente, con la proximidad de las elecciones”, se defendía Pujol en las páginas de El País y recalcaba que “catalán es todo hombre que vive y trabaja en Cataluña”.
Resurgir en Puerto Real.
El asunto fue olvidado hasta 1997, cuando José María Aznar se sentaba en La Moncloa con el apoyo de CiU pero sus seguidores seguían gritando aquello de “Pujol enano, habla castellano”. Entonces no había redes sociales y el proceso fue el siguiente: un ciudadano catalán envió una carta al Diario de Cádiz donde hablaba del texto; unos alumnos de 14 años de un colegio de Puerto Real lo denunciaron en su ayuntamiento, donde gobernaba el PP en coalición y la bola fue creciendo más y más hasta llegar a las páginas de ABC.
El párrafo maldito.
En aquel entonces, Jordi Pujol ya estaba cansado de la polémica, intermitente “porque de vez en cuando alguien vuelve a encontrar el párrafo”, afirmaba en las páginas de ABC. Ahora, el párrafo ha sido encontrado otra vez y las redes sociales han ayudado a difundirlo mucho más rápido y ampliamente que en ocasiones anteriores, ayudado por la polémica independentista y por las recurrentes descalificaciones de políticos como José Antonio Duran i Lleida contra los andaluces.
Mensajes a Pedro J.
Por ejemplo, un usuario de Twitter, Alfonso Peña Román, le hacía llegar ayer el texto al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, en la citada red social con el siguiente mensaje: “Lean lo de la foto por favor es absolutamente indignante así no se construye una nación señor”. La respuesta de Pedro J. no se hizo esperar: “Ya no lo dicen pero lo piensan”. ¿Volverá a tener que pedir perdón Jordi Pujol?
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