La Diputación ya no es el cortijo de nadie

Javier Aureliano García 
Secretario General del PP de Almería 

Los vecinos de los diferentes municipios de Almería están pudiendo comprobar que la Diputación Provincial es un organismo de servicio para todos que pone a los almerienses en el centro de su gestión, sin discriminar a los ayuntamientos con criterios políticos, como lamentablemente sucedía cuando el Partido Socialista estaba al frente del gobierno de este organismo provincial. Y tal vez porque ya se sabe qué es lo que piensa el ladrón del resto de sus congéneres, los socialistas están tratando de difundir un mensaje tan falso como fácilmente desmontable acerca de presuntas discriminaciones a los ayuntamientos almerienses gobernados por el PSOE. Miren ustedes: en Diputación nos dedicamos a dar servicios y a gestionar con eficacia los recursos comunes, y no vivimos obsesionados en hacer política en cada decisión, en cada municipio, en cada proyecto y en cada partida, intentando favorecer a los compañeros de partido más afines a las posturas de la dirección socialista. Durante el mandato del PSOE, muchos pueblos en los que se había votado a un alcalde o alcaldesa del PP veían que las obras, los convenios, las actuaciones y las gestiones de la Diputación socialista pasaban de largo por sus municipios mientras que “casualmente” recaían siempre en pueblos gobernados por el PSOE. Y esto no es una opinión; es un hecho que pueden corroborar los vecinos de muchos pueblos de Almería. Sin embargo, desde que Gabriel Amat es presidente de la Diputación, la militancia política ha dejado de ser un factor diferencial o favorecedor a la hora de realizar actuaciones, poner en marcha proyectos o llevar maquinaria. El centro de atención del equipo de Gobierno del PP son todos los almerienses de todos los municipios, con independencia de sus preferencias políticas o de voto. Así lo entendemos y así lo estamos haciendo, por mucho que los socialistas se empeñen en seguir haciendo gala de su desinformación y digan lo contrario.

Bien podrían los socialistas pedir a la Junta de Andalucía que pague a la Diputación Provincial todo lo que le debe para que podamos dejar de asumir importantes gastos en materia social, por ejemplo, y destinar así esos recursos a los cometidos que realmente nos competen y no a resolver los impagos de los socialistas en la Junta. Ese impago sí que es la verdadera discriminación que sigue habiendo en Diputación. Los intentos de asfixia económica de los socialistas hacia la Diputación nos han obligado, por ejemplo, a pagar de nuestros recursos a las empresas de atención y servicios domiciliarios, ya que la Junta no quiere pagarnos lo que nos debe. Pero es que no se queda ahí la cosa. No contentos con haber dejado arruinada a la Diputación y de haber mentido en cuanto al nivel de su endeudamiento, los socialistas nos exigen ahora que asumamos gastos y competencias correspondientes a una Junta de Andalucía que se ha instalado en la morosidad permanente en cuanto a Almería se refiere. Y así, tienen la desvergüenza política de pedirnos que hagamos planes de empleo, cuando ha sido la Junta la que ha dejado de pagar, por ejemplo, a los Agentes Locales de Promoción de Empleo. Así se las gastan los socialistas. Y digo eso por no entrar en otras cuestiones porque los ocho años que tan pésimamente gobernaron la Diputación sólo sirvieron para que algunos vivieran de auténtico lujo, con viajes, copiosas comidas y derroches que han supuesto que cuando los almerienses pusieron fin a tanto dispendio, voto a voto, en las urnas, acabásemos descubriendo que el nivel de endeudamiento de la Diputación había llegado a un 126% por encima de sus posibilidades. Ese disparate ya se ha acabado. La Diputación ha dejado de ser un cortijo para los amigos o los compañeros de partido. Ahora, con Gabriel Amat y con el PP se gestiona con eficacia, con austeridad y, sobre todo, con equidad. Todos por igual. Ya no hay votantes o camaradas: hay almerienses que necesitan servicios. Y punto.

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