Políticos de faralaes

Teleprensa

Editorial

En este país no hay término medio. Por un lado, nos aparece una ocurrente presidenta de la Comunidad de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal, que propone a los políticos que mientras ejerzan cargo público no cobren y que su remuneración provenga de su propia actividad profesional. En el lado opuesto tenemos a toda una delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, que para no perderse las fiestas de su ciudad natal es capaz de trasladar una cumbre de subdelegados a Adra.

"La imagen es del medievo"

De Cospedal -a la que ya se le reprochó hace mucho tiempo no sólo una acumulación de cargos desmedida sino un abuso en el cobro de una nómina engordada precisamente por esa intensa actividad política- es curiosamente de quien parte la medida más drástica contra la clase política. Vale que la gente está cabreada con el colectivo. pero la propuesta deja aún más si cabe a los pies de los caballos a la clase política ya que pretende reducir su dedicación a lo público lo mínimo, es de imaginar, si además debe de dedicarse a su actividad profesional para poder cobrar a final de mes. Por otro lado, olvida que no todos tienen un empleo al margen de la política y más bien muchos de ellos viven gracias a ella, pero con su propuesta invalida a parados y dificulta el trabajo a quien, por ejemplo, trabaje a turnos -no todos viven de la actividad privada y con flexibilidad horaria-. En definitiva y a falta de que madure su propuesta ésta a priori parece toda una aberración.

En el otro extremo tenemos a Carmen Crespo que ni corta ni perezosa no ha querido colgar el vestido de cola este año, a pesar de la que está cayendo, y ha movido toda su agenda para estar en las fiestas de Adra, aunque ello conlleve convocar a todos los subdelegados en su ciudad. Al margen de los gastos de este tipo de cumbres, la imagen cateta que ha ofrecido la buena de la delegada rodeada de siete señores funcionarios del Grupo A, máxima graduación, rodeados de faralaes es cuando menos innecesaria.

Está por ver si la propuesta de Cospedal tiene tintes de modernidad pero desde luego la imagen de hoy en la prensa de Almería de esta cumbre de subdelegados es del medievo, aunque debe estar a la altura de quien la promueve.