Javier Adolfo Iglesias
Periodista / La Voz de Almería
Esta es la historia abreviada de un desastre colectivo, de cómo un pueblo dejó perder una de las mayores joyas de su patrimonio natural y cultural, y se dejó amputar parte de si mismo con desconocimiento, falta de miras y de perspectiva. Cuando hoy se intenta recordar a trompicones el 50º aniversario del rodaje y estreno de la película Lawrence de Arabia, nadie se acuerda de las dunas inseparables de este mítico filme. Aquellas altísima montañas de arena más allá de Torregarcía y antes de la rambla de las Amoladeras fueron una de la razones cruciales por las que David Lean y su equipo se trasladaron desde Jordania a España.
Peter O'Toole, sobre las dunas de Almería |
Algunas de las secuencias más impactantes de esta película se rodaron en aquellas dunas de fina arena: el ataque al tren turco y la posterior estampida de caballos, el peligroso cruce del Sinaí y la muerte de uno de los jóvenes ayudantes de Lawrence y, sobre todo, el ataque y descarrilamiento de un segundo tren. Tras el cual, Lawerence camina sobre el techo de sus vagones aclamado por la turba de guerreros árabes que le siguen. Su figura, recortada por el sol y su sombra sobre la arena, es la imagen icónica de la película. Pero no ha sido la de Almería tristemente.
Tras los siete oscars para aquella cinta, se sucedieron cientos de películas sobre aquella arena almeriense cerca de la ermita de la Virgen del Mar. Películas de todos los géneros. Westerns, bélicas, históricas, bíblicas, thrillers... En 1966, la existencia de este pequeño desierto dunar llevó a los productores de una serie televisiva de EEUU a instalarse todo un año en nuestra ciudad para el rodaje de 17 capítulos de The Rat Patrol -la serie de moda en EEUU, la Perdidos de entonces- y que tenía en su careta de apertura la imagen de las dunas de Almería. Juan Gabriel García y el equipo de coautores de la Guía del Cine recogen en este libro editado por el IEA aquellos numerosos títulos y la importancia de aquel paisaje. Pero Almería y los almerienses hemos sido muy desagradecidos con aquellas dunas. La ciudad le debe su crecimiento a aquellas crestas enormes, que trajeron el cine y sus muchos beneficios: nuevos hoteles y apartamentos, favores del Ministerio de Turismo, el aeropuerto... A cambio, el olvido.
El crimen perfecto
¿Qué pasó? ¿Quién mató las dunas de Lawrence? Fue el crimen perfecto. Hoy no queda el cadáver, los acusados son muchos y ni siquiera se denunció el crimen. Visto hoy con cierta comprensión, se podría decir que el debate y la concienciación sobre el valor ecológico de las dunas fue creciendo de manera paralela, pero mucho más lenta, que la necesidad urgente de arena que tenían los agricultores para sus nuevos invernaderos, llamados también “enarenados”.
La secuencia fue la siguiente: necesidad de arena para los agricultores, extracciones ilegales en las playas de Roquetas; socavones y heridas en playas y caminos; inquietud ante el turismo creciente de la zona; búsqueda de otras zonas suministradoras de arena; surgimiento de los primeros movimientos ecologistas organizados; multiplicación de denuncias y problemas a lo largo de la larga costa... se comete el crimen. Aquello ocurrió en una etapa turbulenta de cambios en todos los órdenes, políticos, sociales y económicos. El debate llegó a mancomunidades, ayuntamientos, La Voz, pero había un ausente: el cine.
El cine no contaba aún
En el debate público que surgió jamás nadie mencionó el cine, ni vinculó los lugares a películas míticas como las citadas, ni a El Bueno, el feo y el malo.... Hubo una voz solitaria y pionera, la del cinéfilo José Enrique Martínez Moya. En una carta a La Voz el 13 de noviembre de 1984 se quejaba por las extracciones, de lo que “ha sido el paraíso para el rodaje de tantas y tantas películas (...), les pido a las autoridades que tengan más conciencia e impidan este expolio”.
Martínez Moya, maestro de Primaria y autor de varios libros fundamentales sobre el cine en Almería, recuerda en 1983 “en una de mis excursiones peliculeras con mi amigo Enrique Avellán, ver pasar y pasar camiones llenos de arena saliendo de la zona de Pujaire. No nos dejaron entrar con las bicicletas. En 1984 en el semanario local Plaza Vieja denuncié el hecho. Desgraciadamente nadie se hizo eco del mismo”. Martínez Moya recuerda lo espectacular del lugar, con cambio de colores por el sol y caídas en altura. “Las dunas de Almería eran el Sahara. En España ninguna otra zona podía hacerle sombra, ni Torrevieja, el Mar Menor, Matalascañas-Doñana o Cádiz”, asegura Martínez Moya.
Las dunas se perdieron y sin que nadie las diera por muertas y enterradas, el cine las olvidó. Y el cine comenzó a olvidar a Almería. Muchas películas que requerían el desierto dunar pasaron de largo hacia las cercanas Marruecos y Túnez.
Pero hoy es posible recuperarlas. Así lo asegura el experto Alfonso Viciana, “Sí sería posible pero también estaríamos ante un proceso muy largo en el tiempo. Hoy existen técnicas de restauración de dunas muy económicas, mediante trampas y obstáculos de captación de las arenas voladas por el viento. Es cuestión de llevarlo a cabo y de esperar, sobre todo, debido al gran tamaño que tenían aquellas formaciones”, afirma. Viciana se opone a reponer la arena robada con otra de otros lugares. “Apenas existen yacimientos de áridos y su manipulación es excesivamente cara desde el punto de vista económico”.
Hoy es una broma trágica que los invernaderos no necesiten tierra para sus cultivos. Las dunas que tanto le dieron a Almería a través del cine merecen hoy su reconstrucción. Y nadie dudaría que, al igual que ocurre con las playas vírgenes del Parque, serían miles de personas de todo el mundo las que vendrían a disfrutar de ellas, recordando y celebrando, esta vez sí, con honor y orgullo el 50º aniversario de Lawrence de Arabia.
Que razón tienes!muchas veces no se sabe apreciar lo que se tiene y pasan estas cosas,hay que saber cuidar del planeta y mas de nuestra tierra nuestra querida Almeria,he visto imágenes de la película y claro yo en esa época ni había nacido y es una pena que gente de mi generación no pueda ver ese bonito paisaje por el cual han pasado tanta películas,ojala algún día podamos ver ese maravilloso paisaje.
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