Un cambio de rumbo andaluz

Luis Rogelio Rodríguez-Comendador

Alcalde de Almería

 

Andalucía atraviesa un proceso de crisis profundísimo del que no saldremos sin un decidido cambio de rumbo que pasa, inexcusablemente, por la adopción de políticas en donde prime el diálogo y se olviden los enfrentamientos estériles. Ese es el mensaje que el presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, ofreció en el transcurso de una conferencia celebrada días atrás en Sevilla. En esta comparecencia, Zoido desgranó algunas de las propuestas fundamentales del PP para paliar los efectos de la crisis, impulsar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, centrado en varias líneas de actuación.

 

Zoido, en el Foro Joly

De un lado, la austeridad y la reducción de gastos innecesarios con control presupuestario. Por otra parte, tal como señaló el presidente Rajoy en su reciente entrevista en TVE, es imprescindible reducir el déficit público y no gastar más de lo que seamos capaces de ingresar, transmitiendo al mismo tiempo seguridad jurídica y confianza para que la inversión privada pueda fijarse en la comunidad. Andalucía necesita en estos momentos de más unidad y concordia que de discursos y actitudes de confrontación, tal como señaló Zoido en su intervención, invitando al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, a incorporar a Andalucía al camino de la recuperación del gobierno de España para salir de la crisis y no quedarse atrás.

 

Por tanto, los agentes sociales, los partidos políticos, las distintas administraciones andaluzas y, por supuesto, el propio gobierno de la Junta, deben asumir que la situación actual requiere acuerdos, diálogo sereno, pactos y medidas comunes que sean capaces de generar crecimiento, empleo y riqueza, que es lo que la sociedad andaluza necesita y demanda. No es tiempo de discutir unos con otros sino de sacar el máximo rendimiento del potencial que tiene Andalucía. "El progreso -dijo Zoido- es la obra de las mayorías y del consenso; la crisis es obra de las minorías y sectarismo".

 

Por eso creo que la inmensa mayoría de andaluces se reconoce en el mensaje del presidente del Partido Popular cuando dice que el gran objetivo común es recuperar el futuro entre todos. Andalucía no puede ser rehén de una minoría radical que condiciona el desarrollo de Andalucía anteponiendo intereses partidistas o sindicales. Y para que ese objetivo deseado sea una realidad lo más próximo posible, es imprescindible realizar cambios estructurales en Andalucía, porque los índices de paro, deuda, o PIB, ponen de manifiesto el diferencial que tiene Andalucía respecto a otras comunidades. Andalucía merece un futuro mejor no sólo porque ello constituya un deseo asumible y compartido, sino sobre todo porque cuenta con el capital humano necesario para ello. Los andaluces merecen un gobierno que no insulte su inteligencia con una confrontación estéril que está poniendo en peligro la salida de la crisis en Andalucía y la prestación de los servicios sociales básicos.