Andalucía pide el timón del PSOE

Isabel Morillo 
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía 

Cuando el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, compareció tres días después de que las elecciones de Galicia y el País Vasco confirmaran que el partido viaja hacia el abismo, muchos en el puente de mando de Andalucía se dieron por aludidos. Rubalcaba retó a sus críticos y pidió que reclamaran su dimisión “cara a cara”. Dejó claro que no va a dar un paso atrás. Pero en lo que ocurra en el PSOE después de las catalanas del 25 de noviembre, Andalucía, la federación más importante, va a tener mucho que decir. Y aquí, a algunos dirigentes del partido el tono de Rubalcaba les pareció “patético” o “impresentable”, adjetivos que se usan off the record pero que ilustran cómo están los ánimos entre los socialistas del Sur.

Una “mayoría muy mayoritaria” cree que Rubalcaba debe de dar un paso atrás. El presidente del PSOE y secretario general en Andalucía, José Antonio Griñán, ha ordenado que nadie se mueva hasta que pasen las catalanas. Sin embargo, sus personas de más confianza en el partido no ocultan que prolongar el liderazgo de Rubalcaba hasta 2016 es impensable. “Me han dado al botón de reflexión. No tengo nada que decir”, bromeaba una diputada. Lo que está claro después de oír a casi una veintena de socialistas con distintas responsabilidades es que el PSOE andaluz pide el timón del partido. Es el gobierno más importante que conservan en el país. Advierten de que no van a consentir el supuesto ninguneo que hasta ahora reprochan a Rubalcaba y su equipo. “¿En quién se fija el socialista de Huesca si no es en Andalucía?”, ironiza un dirigente. “Algunos que no han ganado ni al parchís deberían de pasearse por Andalucía, donde sí hay partido”, apunta otro. Para dar cuenta de la relevancia de los socialistas andaluces un tercero equipara el 19 % de votos conseguidos en el País Vasco con los cosechados solo en la provincia de Granada el pasado 25 de marzo.

El PSOE andaluz exhibe poderío a pesar de que en las últimas elecciones perdió por tercera vez consecutiva frente al PP y cayó en casi nueve diputados. “Una cosa es que sea conveniente que digamos que ganamos en Andalucía y otra que lo interioricemos y lo creamos de verdad, porque en Andalucía también se perdieron casi medio millón de votos”, apunta una voz crítica con Griñán. Se empuñan las armas aunque el mensaje oficial diga que cualquier solución que se adopte en el futuro debe ser pactada. Con más o menos beligerancia, el discurso que aúpa a Andalucía como referencia del PSOE y exige el timón del partido es casi universal por aquí.

Los socialistas de Griñán quieren liderar muchos debates, el interno en el partido, pero también el debate territorial. Temen que los nacionalismos catalán y vasco se alíen con Madrid y arrinconen a Andalucía. Exigen voz. Tras las catalanas se adivina una dura batalla. Hay varias salidas. La más improbable es que el PSOE andaluz logre hacerse con los apoyos de la mitad más uno del Comité Federal y pidan la dimisión de Rubalcaba. Otra, es que se logre una salida consensuada y el cántabro dé un paso atrás y se forme una gestora. La tercera sería que Rubalcaba siga al frente del partido hasta que toquen las elecciones, pero renueve su equipo y siente a dirigentes del PSOE andaluz. En todos los casos, los socialistas andaluces próximos a Griñán creen que el papel de éste tienen que ser protagonista.

En Ferraz están convencidos de que antes de las elecciones del 20 de octubre, muchos socialistas andaluces relevantes estaban ya maniobrando para moverle la silla al secretario general. El PSOE andaluz lo niega pero hay fotos muy elocuentes, como la de Griñán paseando por los jardines de San Telmo con el secretario general del PSOE valenciano, Ximo Puig. También se reunió con el vicesecretario general del PSOE andaluz. Desde San Vicente, sede de los socialistas andaluces, partía esta nota: “Mario Jiménez afirma que el PSOE de Andalucía estará en primera línea de todos los grandes debates”. “Marcaremos” esos grandes debates a nivel nacional por “responsabilidad no sólo ante el partido o las instituciones, sino también ante los ciudadanos”. “Es fundamental el papel del PSOE de Andalucía”, apuntaban en boca del dirigente valenciano.

La reunión molestó en Ferraz. El mensaje también. Fue demasiado explícita por más que solo una semana después, tras el descalabro electoral del pasado domingo, Jiménez suavizara el tono. Previamente, la ejecutiva regional del PSOE-A se había celebrado como cada lunes pero no era lo mismo. Se vivió un debate intenso. Casi al unísono se lamentó que Rubalcaba no hubiera convocado para ese día la ejecutiva federal que se celebrará mañana y optara por sentarse solo “con su cuadrilla”. Griñán no fue convocado a Ferraz pese al descalabro electoral y la gravedad del momento.

En San Vicente se sucedieron las intervenciones y las peticiones de palabra. Hubo hasta doce turnos, según los presentes. Griñán cortó de raíz cualquier pronunciamiento que pidiera directamente la dimisión de Rubalcaba pero hubo intervenciones más duras que otras. Entre quienes hablaron más claro a favor de un relevo urgente en la cúpula del PSOE sitúan a la consejera andaluza de la Presidencia y secretaria general del PSOE sevillano, Susana Díaz. También a la diputada y miembro de la ejecutiva regional Verónica Pérez. Dos días después, durante la reunión del grupo parlamentario atribuyen a José Muñoz, el número dos de Díaz en el PSOE de Sevilla y un miembro destacado del grupo parlamentario, la intervención más encendida. Aunque el vicesecretario Mario Jiménez ha evitado pronunciarse, incluso en los órganos internos del partido, aseguran que él también se alinea en este equipo. Todos forman parte del núcleo duro. “Es verdad que los más jóvenes ponen más potencia al microondas pero nadie va a saltarse la consigna de Griñán ni va a pedir a Rubalcaba que dimita”, asegura un miembro de la ejecutiva. Señalan que en la reunión de San Vicente, el también presidente federal del PSOE advirtió de que no es hora de un debate de nombres o personalista. “Ahora tenemos que conjugar el nosotros”, le atribuyen. Pero, ¿estarían sus colaboradores más directos moviéndose sin su autorización expresa?, se preguntan sus críticos. Griñán, que es presidente federal del PSOE, estaría presentando una moción de censura a la dirección a la que él mismo pertenece. Eso dijo Rubalcaba en la SER: “¿Cómo le voy a temer si es el presidente de mi partido?”.

Griñán es líder federal del PSOE, puesto que en el que también sucedió a Manuel Chaves, desde el último congreso de enero en Sevilla. En aquella batalla entre Rubalcaba y Carme Chacón, el PSOE andaluz apostó claramente por la catalana. Y ello a pesar de que se situaron en una “neutralidad activa”, como ellos mismos nominaron, que a muchos les recuerda a lo de ahora. Desde entonces, la relación con Ferraz no ha remontado. Un par de meses después de aquel congreso, Griñán libró la batalla electoral más difícil para los socialistas en Andalucía y su equipo no oculta que se sintieron abandonados por Ferraz. Desde entonces, Rubalcaba no ha participado en ningún acto institucional en Andalucía. Chacón sí ha estado muy presente. Hace un par de semanas estuvo con los máximos dirigentes del PSOE-A en una cena en casa de Amparo Rubiales.

Los socialistas andaluces avisan de que la situación actual “no es una segunda vuelta” de aquel congreso federal. Aseguran que el PSOE está “en estado de emergencia”. “Sabíamos que estábamos malos pero el domingo pasado el doctor nos dio el peor de los pronósticos”. Los fieles de Rubalcaba en Andalucía aseguran que “el PSOE no tiene un problema interno sino de falta de credibilidad ante la gente”. Lamentan que el partido haya perdido su discurso nacional tras los pactos en Cataluña (ERC), Galicia (BNG) o Andalucía (IU). Otros a Rubalcaba le reprochan una oposición “al estilo Rajoy”, sin hacer nada y esperando a que el Gobierno caiga. “¿Qué ha dicho el PSOE sobre la dación en pago?”, apuntan. Sitúan el peor error del PSOE en el pacto urgente para reformar la Constitución y sacralizar el déficit.

Recuerdan que aquella decisión la tomó Zapatero con sus fieles. Entre ellos, Rubalcaba. Así lo reconoció el propio Griñán el viernes en una entrevista en la SER, donde, ante la pregunta de si estaría dispuesto a suceder a Rubalcaba, dejó esta frase: “Nunca sé lo que voy a hacer hasta que llega el momento”. Seguro que en el entorno del líder del PSOE se han encendido las alarmas.

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