Arte y artesanía en Terque

Pedro Mena Enciso 
Profesor de Historia 
¡Vamos al afilaor que echa lumbre! Con su armónica desfilaba por las calles del señorial pueblo alpujarreño almeriense. Y es que, el pasado sábado, 6 de octubre, tenía lugar el X aniversario de la tradicional jornada de Recuperación de Oficios Antiguos en este lugar singular de la provincia. Y es que Terque con sus Casas Burguesas; su Cerro de la Cruz o el de Marchena donde se ubicó esa primitiva población musulmana; su Ermita; su Iglesia del Siglo XVI con los añadidos posteriores churriguerescos o la capilla barroca y sus espléndidos paisajes naturales forma parte de esas esencias de la Alpujarra que reviven cada año por las mismas fechas, coincidiendo con la festividad de la Virgen del Rosario,  en un día donde se vuelca todo el pueblo y que se dedica a mostrar a vecinos y visitantes lo más granado de la historia y la tradición artesanal.
Uveras de Terque
El pueblo y sus calles se visten de fiesta popular y hasta rememoran su espléndido pasado a través de la música y el baile. Allí compramos la famosa uva al tiempo que admirábamos a esos fabricantes de toneles para el transporte de la vid. Paseando, después de visitar el magnífico Museo Etnográfico, vamos a visitar a los tejedores, fundidores, envasadoras, herradores, barrileros…y hasta nos topamos con los del tricornio o con el inconfundible pregonero también vestido para la ocasión. Nuestro amigo Bienvenido sigue ofreciendo su muestrario de útiles del Paleolítico y el Neolítico con las puntas de flecha, raederas, cuchillos de sílex…
Este municipio del Valle del Andarax merece ser contemplado recorriéndolo a pie, sin prisas, porque conserva hermosos vestigios de un pasado donde ricos propietarios se construyeron espléndidas casas con categoría propia de palacios. Es verdad que la más impactante es la de Los Caballitos, llamada así por esos animales fantásticos que venían de Oriente, que denominamos “grifos” (cabeza y alas de águila; cuerpo y garras de león) y que decoran la cornisa del magnífico edificio. Si tienen la oportunidad, quedarán sorprendidos al recorrer una de estas mansiones por dentro. Qué espectacular el enrejado de estas construcciones burguesas de un pueblo, Terque, que se enriqueció en aquel tiempo con el negocio uvero y minero.
Gracias a los organizadores que fieles a la tradición trabajan con ilusión para recuperar por unas horas esos oficios que antaño formaron parte de nuestra vida diaria y, por tanto, de unas historias personales que nunca conviene olvidar. Gracias también a los vecinos por su implicación en los diferentes oficios y por su paciencia con niños y jóvenes que preguntaban porque las nuevas generaciones tienen que hacerse presentes necesariamente en un pasado que significa arte y cultura. En el marcapáginas de la Jornada se recoge con acierto una reflexión del gran filósofo griego Aristóteles: “El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”. La herencia de ese saber qué decir y hacer en los diferentes momentos del tiempo histórico está en la razón de ser de estas Jornadas de Recuperación de Oficios Antiguos que desde 2003 se vienen celebrando ininterrumpidamente en el municipio almeriense de Terque.

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