El edificio de Correos de Almería

Pedro Mena Enciso 
Profesor de Historia 

Mi reflexión de hoy gira en torno al histórico edificio de la calle Padre Luque de nuestra capital que ya lleva tiempo durmiendo el sueño de los justos. Porque, queridos lectores, la Casa Central de Correos de Almería es otro inmueble emblemático abandonado, pues los responsables públicos no saben qué hacer con él. Recuerdo de mi adolescencia a aquellos trabajadores que desayunaban en el histórico Bar Las Vegas,  a los carteros desfilando hacia la sede central y a aquel camión enorme que con gran dificultad atravesaba la citada calle para dirigirse al callejón donde cargaba y descargaba. En la ciudad se hablaba de la reforma y adecentamiento de un  edificio que podía ser perfectamente reutilizado y la prensa almeriense de años atrás recogía las promesas de la administración e incluso el presupuesto para  rehabilitar el edificio.

Edificio de Correos
Han pasado los años y “que si quieres arroz, Catalina.” Los almerienses ya estamos acostumbrados no sólo a los retrasos sino a las contradicciones e incumplimientos constantes a la hora de llevar adelante obras. El Gobierno de la nación anunció en 2006 su firme propósito de rehabilitar Correos y todavía estamos esperando una intervención que con la crisis sí que parece definitivamente descartada. Es una pena la situación creada porque resulta inaudito que no broten alternativas para aprovechar el edificio de la Plaza del Educador. Coincido con el periodista almeriense Juan Torrijos cuando relaciona el edificio con parte de los recuerdos de su propia vida: “Recuerdo aquella cabeza de león de bronce con la boca abierta, por donde los almerienses nos comunicábamos con familiares y amigos residentes en otros lugares. Los niños de aquellos tiempos teníamos la costumbre de gritar el nombre de la ciudad a la que iba la carta mientras la dejábamos caer por las fauces abiertas del encastrado león: ¡Pa Cuenca!”. ¡Cuántas cartas, amigo Juan, echamos por aquel buzón mágico y cómo disfrutábamos de niños! En fin, cosas de esa historia que tanto cuesta mantener en nuestra querida Almería.

Nuestro compañero de Ideal Miguel Cárceles se hacía eco del asunto en los siguientes términos: “El edificio de la entidad del sector empresarial del Estado queda, de este modo, en una situación similar a la de la antigua estación del ferrocarril. Cerrada, sin uso, y sin previsión de rehabilitación…Desde entonces, la creación de la biblioteca municipal sigue en cartera sin que el Ayuntamiento haya determinado dónde la ubicará. Podría elegirse, finalmente, la Estación del Ferrocarril. No obstante, no ha habido declaraciones definitivas al respecto. Correos podría, de dar el paso el Ayuntamiento, albergar el centro cultural en pleno corazón de la ciudad”. El año pasado por estas fechas, Correos se trasladó a otras zonas de la capital cerrando su edificio central de la Plaza del Educador con la Calle Padre Luque y, desde entonces,  nada sabemos sobre el futuro del popular inmueble abandonado y en ruinas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario