Profesor de ida y vuelta

Alberto F. Cerdera 
Novapolis 
Como un viaje de ida y vuelta. Así ha sido la sanción que impuso la Universidad de Almería (UAL) al profesor Jorge Lirola, que fue apartado de sus funciones por un periodo de cuatro años, debido a la divulgación de una denuncia en la que acusaba al rector, Pedro Molina, de unas presuntas irregularidades en la formación del tribunal que iba a valorar a los aspirantes a la Cátedra de Árabe. Hace unas semanas, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía suspendía la sanción impuesta por la UAL y ayer mismo, Jorge Lirola volvía a su labor docente e investigadora en la universidad.
El caso Lirola ha sido uno de los más rocambolescos de los últimos años que han acaecido en la Universidad de Almería. Por un lado, un equipo de Gobierno poco receptivo a las críticas; y por otro, un profesor dispuesto a todo por tal de hacer valer la verdad.
Ese enfrentamiento se tradujo en un cruce de acusaciones y una campaña de difusión protagonizada por Jorge Lirola, en la que denunció una presunta corrupción en el seno de la Universidad de Almería, materializada a través de la formación, presuntamente fraudulenta, y que actualmente está vista para sentencia, del tribunal que iba a valorar a los aspirantes a la Cátedra de Árabe.
La difusión de esta denuncia provocó una reacción fulgurante de Pedro Molina, que se acogió a los artículos 7,1e; 7,1ñ y 7,1n del Reglamento de Régimen Disciplinario de los Funcionarios de la Administración del Estado, para adoptar una sanción por tres faltas graves contra Jorge Lirola, por la que este docente era apartado de sus funciones durante un periodo de cuatro años y tres meses.
Durante este tiempo, la batalla ha dejado el campus y se ha librado en los juzgados, donde el profesor Lirola ha obtenido una victoria: hace tres semanas, una sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía quitaba la razón a Pedro Molina y lo obligaba a admitir a este profesor díscolo.
Con el reingreso de ayer a sus funciones, Jorge Lirola pone fin a once meses de lucha en diferentes órganos, por que se le fueran reconocidos sus derechos. Una lucha controvertida, por las formas de este profesor y también por el poco aguante de un Gobierno universitario que se pone muy nervioso cada vez que se ponen en duda sus métodos.
El reingreso de Jorge Lirola no ha sido fácil, "han cambiado la cerradura de mi despacho y he tenido que pedir la nueva llave. No tengo aún acceso al correo electrónico y al campus virtual, a pesar de haberlo solicitado. Y tardaré aún en normalizar mi situación, pues son muchos, además, los cambios que se están produciendo en la UAL, no para mejorarla sino que, por lo que estoy comprobando, para empeorarla", ha comentado este docente.

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