Teleprensa
Editorial
El Ayuntamiento de Almería ha anunciado una reestructuración del servicio de autobuses urbanos y bienvenido sea porque peor de como está es difícil superarlo. En general, se trata de la conexión con los barrios periféricos del levante, zonas como el aeropuerto, La Cañada, El Alquián, Costacabana o Retamar se ven afectadas por la medida que entra en acción a partir del 29 de octubre. Asegura la concejala de Movilidad, María Muñiz, que los cambios pretenden optimizar el servicio en cuanto a frecuencias e itinerario y por ahí, nada que objetar, ojalá sea cierto. Pero miedo da cuando todo esto se realiza con un ahorro de 790.000 euros. Y puede que tenga razón que con los nuevos recorridos se ahorre en gasolina y además de eficiente el servicio sea más efectivo para el ciudadano, pero habrá que esperar a comprobarlo porque hasta ahora todos los recortes económicos en una actividad han conllevado el añadido de un peor servicio, como ha ocurrido con la limpieza.
Muñiz explica la reestructuración |
Pero de entrada habrá que dar un voto de confianza a la medida porque los autobuses urbanos en Almería distan mucho de ser un modelo. Teniendo en cuenta que no hay otra manera de moverse, ni tren, ni metro ni tranvía, todos los vecinos dependemos de un transporte que pocas veces cumple horarios y que tiene unas frecuencias demasiado largas para recorridos que cuentan con muchos usuarios. Así que habrá que desear que la medida mejore de verdad el servicio y anime a seguir ampliándola en otras rutas. Y cruzar los dedos para que el ahorro que va a suponer para las arcas municipales no enmascare un recorte en toda regla del servicio.
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