800 años de Universidad y la UAL

Pedro Mena Enciso 
Profesor de Historia 
1212-2012: Han pasado ocho siglos desde que Alfonso VIII, Rey de Castilla,  tras su importante victoria en las Navas de Tolosa (principio del fin del poder musulmán en España) fundó en Palencia un Estudio General que  puede considerarse como el origen de una Institución llamada Universidad que aún sigue muy viva en nuestros días por dos razones fundamentales intrínsecas a la propia Institución: Se mantiene el  ideal que la hizo nacer y responde a las necesidades cambiantes de cada época de forma útil y eficaz. Estamos hablando de la Universidad masculina porque estos estudios superiores estuvieron prohibidos para la mujer hasta hace poco más de un siglo (el 8 de marzo de 1910, La Gaceta de Madrid publicó una Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública permitiendo por primera vez la matriculación de alumnas en todos los establecimientos docentes. Esta orden derogaba otra Real Orden, del 11 de junio de 1888, que admitía la entrada de mujeres en la Universidad como estudiantes privados, pero requería la autorización del Consejo de Ministros para su inscripción como alumnas oficiales).
Universidad de Almería
En Almería la historia es mucho más reciente: Aquel entrañable Colegio Universitario de los años setenta fue el embrión de un hecho revolucionario y desafiante para nuestra provincia: el nacimiento de la Universidad con la oportunidad que ello suponía de cursar estudios superiores sin tener que abandonar la tierra natal. Hoy la UAL, con sus escasos veinte años de historia, es una realidad en crecimiento y expansión constante, con diversidad de carreras, cerca de 14.000 alumnos y con una gran oferta de formación en todos los ámbitos además de magníficos docentes e investigadores.
Sin embargo, si nuestra joven UAL quiere sobrevivir en un mapa universitario con más de 70 instituciones (9 Universidades en Andalucía) debe responder a su razón de ser: estudios superiores, excelencia y convertirse en motor del desarrollo social a partir de los saberes nuevos que sus investigadores aporten. ¿Cómo podría cubrir hoy este ideal nuestra Universidad? Pues llegando al Campus los más brillantes como personas  y como intelectuales (hablo de capacidad para ser grandes no sólo desde el punto de vista académico sino también humano) y se tiene que reflejar en sus aulas y departamentos la excelencia educativa y científica.  Esta es la importante misión que los responsables máximos y la propia comunidad universitaria tienen por delante. Porque un universitario tiene que aportar conocimientos, savia nueva a la sociedad.  Tenemos que huir de la mediocridad para convertir el saber en sabiduría y en esto consiste la excelencia universitaria porque enseñar es educar e investigar a la vez. Un titulado superior lo tiene que demostrar porque su valía, sus éxitos y triunfos en la vida lo serán también de la Universidad que lo formó.
Pienso que la comunidad universitaria se tiene que distinguir no sólo por el fondo sino también por la forma porque todo es importante y por eso nos llamamos animales racionales ya que, como decía el gran columnista de Ideal Manuel Alcántara “Las formas son lo que más nos diferencian de nuestros antepasados de Atapuerca”. Así pues, docencia y decencia son términos indisolubles, por tanto, tienen que ir siempre unidos.

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