Cajamar saca pecho: ni un solo desahucio

Antonio Fernández 

Redactor-Jefe de La Voz de Almería 

En medio de la ‘tormenta’ que se ha desatado en todo el país a propósito de las ejecuciones hipotecarias y, en especial, en torno a los desahucios que se han multiplicado en los dos últimos años, se ha conocido ahora la postura que ha mantenido en todo este tiempo Cajamar, una entidad que hasta el momento no ha  instado ni un solo desahucio entre los clientes que no han podido hacer frente a sus hipotecas. Representantes de la caja rural almeriense han explicado que esta decisión se adoptó hace ya varios años, a la vista de los innumerables problemas que se estaban presentando para un número creciente de personas con hipotecas constituidas por la entidad. Se decidió entonces no llegar a la vía del desahucio dentro de la política de responsabilidad social de la caja. Sin embargo no se dio publicidad a esa decisión porque “nuestra política siempre ha sido la de hacer cosas que beneficien a los que confiaron en nosotros, no en hablar ni la de contar o decir cosas”.

Oficinas centrales de Cajamar

Por esa razón se entró en la línea de no recurrir a procesos de ejecución hipotecaria en los casos de primera vivienda, o vivienda habitual, de los clientes particulares, de los trabajadores que quedaban en situación de desempleo o de los autónomos que habían sufrido una pérdida de facturación como consecuencia de la actual situación económica.

Acuerdos ‘amistosos’

En todos esos casos la fórmula escogida ha sido la de tratar de alcanzar acuerdos ‘amistosos’ con los clientes. En aquellos casos en los que ha sido muy complicado buscar soluciones de pago, se aceptó la ‘dación en pago’ antes que iniciar cualquier procedimiento de ejecución hipotecaria. Una vez tomada la decisión de aceptar la dación en pago, o la posesión de viviendas de personas a los que no les era posible hacer frente a los pagos periódicos de las hipotecas, también se han llevado a cabo acuerdos, siempre ‘amistosos’, como los de refinanciación del préstamo, el aplazamiento de los pagos o negociando un precio de alquiler.

Se da la circunstancia de que en muchos de estos casos se ha producido la ‘dación en pago’ (quedándose Cajamar con la vivienda y anulando la deuda pendiente en su totalidad), pero aceptando que las familias pudieran permanecer residiendo en su vivienda en régimen de alquiler, con derecho a recompra. Se trata de una fórmula ideada por Cajamar para que las familias pudieran seguir residiendo en su domicilio habitual, de forma que es el mismo prestatario que no ha posido hacer frente a su deuda el que reside en la vivienda familiar a cambio de un alquiler.