Juan José Callejón
Secretario de Organización del PSOE de El Ejido
Siempre se ha dicho que el PP de Juan Enciso y el posterior PAL del mismo señor eran poco transparentes, vamos, que ocultaban información. Y a nadie le extraña, ni siquiera a quienes hoy gobiernan, algunos de los cuales, casualmente, lo hicieron durante años a su lado. Pero, hace algo más de año y medio, un candidato del PP de El Ejido aspirante a alcalde prometía que eso se iba acabar y que uno de los ‘ejes fundamentales’ de su futuro gobierno municipal iba a ser la ‘transparencia’. Y para darle más énfasis a esta sentencia, incluso la firmó ante un notario, con el loable propósito de que los ciudadanos no pudieran dudar de su palabra. Pues bien, resulta que, como suele pasarle a la mayoría de los candidatos del PP, para el señor Góngora, una vez logrado el objetivo de ser alcalde, la ‘transparencia’ dejó de ser un ‘eje’ para convertirse en ‘palabras que se lleva el viento’.
Verán, el sistema de funcionamiento para los concejales de la oposición es el siguiente: paso uno, solicitud de documentación de la oposición; paso dos, la respuesta del equipo de gobierno es del tipo “puede ir usted a verla de 11.00 a 15.00 horas (la hora puede variar) en el área correspondiente, pero no puede hacer copias y, por supuesto, está usted obligado a guardar silencio y tiene prohibido hacer pública la información que allí recabe”. ¿Esto es transparencia? Pues que venga ese Dios que tanto invocan los señores del PP y lo vea. La cosa ya roza lo esperpéntico cuando asistimos atónitos al espectáculo del alcalde o el concejal de turno haciendo públicas partes de la información que ellos mismos prohíben hacer pública, ateniéndose a no sé que artículo legal.
Recientemente, a la oposición, y más concretamente al Grupo Socialista, se le ha prohibido hacer público cuántos coches oficiales hay en el Ayuntamiento, quién los conduce, qué coste suponen a las arcas municipales, datos sobre la contratación por segunda vez consecutiva de una integrante de la candidatura del PP a las Elecciones Municipales, o si el concurso por el que se la contrata es o no, como mínimo, dudoso.
Mención aparte merece el tiempo con el que el equipo de gobierno remite a la oposición documentos tales como los presupuestos del Ayuntamiento o las liquidaciones de años anteriores. Un par de días previos a la comisión donde se debaten suelen ser bastantes para este equipo de gobierno. Y esta tardanza no se debe a que no estén acabados porque volvemos a asistir al esperpento del concejal de turno difundiendo datos del presupuesto bastantes días antes de que sean entregados a los demás grupos políticos para su estudio. Es decir, que los documentos, aunque estén preparados, no se entregan a los grupos de la oposición con tiempo suficiente como para que sean bien estudiados. Y de nuevo, me pregunto, ¿esto es transparencia?
Verán, el sistema de funcionamiento para los concejales de la oposición es el siguiente: paso uno, solicitud de documentación de la oposición; paso dos, la respuesta del equipo de gobierno es del tipo “puede ir usted a verla de 11.00 a 15.00 horas (la hora puede variar) en el área correspondiente, pero no puede hacer copias y, por supuesto, está usted obligado a guardar silencio y tiene prohibido hacer pública la información que allí recabe”. ¿Esto es transparencia? Pues que venga ese Dios que tanto invocan los señores del PP y lo vea. La cosa ya roza lo esperpéntico cuando asistimos atónitos al espectáculo del alcalde o el concejal de turno haciendo públicas partes de la información que ellos mismos prohíben hacer pública, ateniéndose a no sé que artículo legal.
Recientemente, a la oposición, y más concretamente al Grupo Socialista, se le ha prohibido hacer público cuántos coches oficiales hay en el Ayuntamiento, quién los conduce, qué coste suponen a las arcas municipales, datos sobre la contratación por segunda vez consecutiva de una integrante de la candidatura del PP a las Elecciones Municipales, o si el concurso por el que se la contrata es o no, como mínimo, dudoso.
Mención aparte merece el tiempo con el que el equipo de gobierno remite a la oposición documentos tales como los presupuestos del Ayuntamiento o las liquidaciones de años anteriores. Un par de días previos a la comisión donde se debaten suelen ser bastantes para este equipo de gobierno. Y esta tardanza no se debe a que no estén acabados porque volvemos a asistir al esperpento del concejal de turno difundiendo datos del presupuesto bastantes días antes de que sean entregados a los demás grupos políticos para su estudio. Es decir, que los documentos, aunque estén preparados, no se entregan a los grupos de la oposición con tiempo suficiente como para que sean bien estudiados. Y de nuevo, me pregunto, ¿esto es transparencia?
En este caso, y nunca mejor dicho, dado que hablamos de personas que presumen de ser muy religiosas, una cosa es predicar y otra dar trigo. ¿Dónde quedan ahora las promesas de transparencia? ¿En qué punto del proceso dejó de ser ‘eje fundamental’ de la acción de gobierno? ¿Cambiaron los ejes firmados ante notario al dejar de ser candidato para pasar a ser alcalde?
En mi opinión, son muchas las explicaciones que el alcalde de El Ejido debería dar a sus ciudadanos de por qué pone zancadillas permanentes a la labor de los grupos de la oposición. ¿A qué teme? ¿Qué es lo que quiere ocultar? ¿Por qué no facilita usted la documentación que se le solicita sin más? ¿Qué información del funcionamiento del Ayuntamiento de El Ejido puede ser tan secreta como para que usted prohíba su difusión? ¿Acaso el Ayuntamiento es el Centro Nacional de Inteligencia? ¿O es que usted y su equipo gestionan fondos reservados?
Mi conclusión es muy sencilla. Prometieron ser transparentes y se han quedado en translúcidos, que se parece pero no es lo mismo, y lo que pretenden es ser opacos, que es como ha sido siempre la derecha de este municipio.
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