Miguel Cárceles
Periodista / Ideal
El periódico de aquel lluvioso domingo del 4 de Diciembre de 1977 costaba 20 pesetas. En la portada de IDEAL, toda una declaración de intenciones: «Andalucía, por su autonomía». Para ese día, el histórico 4-D, el primer 'Día de Andalucía', había convocadas manifestaciones «de afirmación autonómica» en todas las capitales de provincia andaluzas. Este diario contaba en su portada con un artículo editorial que comenzaba con la letra del himno de Andalucía. «Estas palabras, ya viejas, resumen un poco el pensamiento común de los andaluces que hoy celebramos en paz y esperanza el 'Día de Andalucía'». «¡Andaluces, compromiso y clamor!», cerraba en portada, con una instantánea de brazos en alto, el Diario Regional de Andalucía, entonces con el apellido de Oriental.
Portadas de "Ideal" |
En los días previos a la convocatoria, algunos insignes andaluces habían escrito en las páginas de IDEAL sendos artículos de opinión en apoyo a las marchas, apenas cinco meses y medio después de que se celebraran elecciones a las Cortes Constituyentes. Entre ellos, Vicente Aleixandre. «En el Día de Andalucía envío mi calurosa adhesión a mi tierra y sus hombres», indicaba el poeta sevillano y malagueño, de su puño y letra, a la invitación que días antes le había hecho el entonces director del diario, Melchor Sáiz-Pardo.
«El rumbo de esta tierra, que tanto dolor ha ocultado en su canto, ha sido decidido siempre desde posiciones situadas fuera de su territorio. Fuera de Andalucía han tenido que ir a buscar sustento sus hombres y mujeres. Con los brazos andaluces se ha forjado el progreso que ha permitido alcanzar otras autonomías. Se han tolerado profundos desequilibrios en la distribución de la riqueza y de la cultura, que es la mayor riqueza. Tenemos que decir sin aspavientos, con el rigor y la sencilla solemnidad que las circunstancias exigen, que esta situación ha terminado y que se abre una nueva página en la historia de esta región», firmaba en las páginas de opinión Federico Mayor Zaragoza, entonces diputado por la UCD y que posteriormente se sentaría en la dirección general de la UNESCO.
En aquellos días previos a lo que significó el pistoletazo de salida al proceso autonómico andaluz, en las esquinas de Almería se vendían banderas andaluzas. Y no faltaban adhesiones en todos los ámbitos sociales, económicos y culturales. Por ejemplo, la de la Agrupación de Cosecheros de Hortalizas de la Costa de Almería. «Agricultor, no faltes a la manifestación porque así defiendes tus intereses», indicaba entonces en un comunicado. Ese mismo 4-D, el entonces obispo de Almería, monseñor Casares Hervás, invitaba a que ese primer Día de Andalucía fuera «una fecha de reflexión, de toma de conciencia de lo mucho que se puede y nos falta por hacer, día de solidaridad fraterna, de paz, de nuevos impulsos y como una cadena que empieza, de mejores realizaciones y fundadas esperanzas».
La manifestación partía, en Almería, a mediodía, de la explanada del Puerto. Ese 4-D escribían en IDEAL el ministro de las Regiones, Manuel Clavero Arévalo; el secretario general del PSOE, Felipe González; y la hija de Blas Infante, María de los Ángeles Infante. Aquel domingo pasado por agua Almería se tiñó de blanquiverde. El martes, -los lunes no había periódico- el titular era agridulce. Dulce por los dos millones de andaluces -más de 10.000 en una Almería que vivió una «persistente» lluvia, según las crónicas de entonces- que secundaron las manifestaciones. Amargo por la muerte, en la manifestación de Málaga, del joven trabajador José Manuel García Caparrós.
En Almería, escasos altercados. «Golpes, carreras y caídas» en el desalojo de la Puerta de Purchena de aquel 4-D del que las imágenes que quedan son las de un Paseo lleno de manifestantes de acera a acera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario