Cajamar se reestructura en la Comunidad Valenciana

Luis A. Torralba 
Valencia Plaza 
Bernabé Sánchez-Minguet, director general Corporativo y de Inversiones de Cajamar, ya ha tomado el mando de las operaciones en la Comunitat Valenciana de la nueva Cajamar tras absorber a Ruralcaja y grupo (Cajas Rurales del Mediterráneo-CRM), tal y como avanzó este diario a finales de octubre.
El antiguo director general de Caja Campo, una de las primeras entidades en sumarse al proyecto nacional de Cajamar, tiene a su cargo cuatro directores territoriales de las tres provincias de la Comunitat, repartidos dos en Valencia, uno en Castellón y otro en Alicante. Todos ellos proceden de Cajamar, según han manifestado a este diario fuentes próximas a la nueva entidad.
Francisco González López ha sido nombrado director territorial de Valencia Costa, procedente de la dirección de Granada y que entre 2005-2008 estuvo en Valencia como director de Negocio.
La otra dirección territorial en Valencia (Levante Interior) recae sobre Trinidad Herrero Bolos, precisamente la mano derecha de Sánchez-Minguet en Caja Campo, que hasta 2011 fue directora de Negocio de la entidad requenense.
ASCENSO
Por su parte, la dirección territorial de Castellón la lleva Diego González Alarcón, antiguo director de Negocio en la territorial de Valencia Costa.
Por su parte, Francisco Javier Ruiz García es el responsable de la territorial de Alicante tras ser ascendido de la dirección de Negocio en la plaza alicantina.
El equipo de Sánchez-Minguet tiene un arduo trabajo por delante para poner orden en Ruralcaja después de que en el tercer trimestre del año se elevaran sus pérdidas hasta los 60 millones de euros, unas pérdidas que pasaron factura sobre su grupo (CRM).
VUELTA A LOS BENEFICIOS
Únicamente los de la rural de Vila-Real y la de San Vicent Ferrer de La Vall d'Uixó ganaron dinero -13.000 y 1.000 euros respectivamente-, mientras que el resto fueron pasto de los números rojos.
Sin embargo, la nueva Cajamar (Cajas Rurales Unidas) podrá repercutir sus dotaciones contra las provisiones, una posibilidad que permite el Banco de España para las entidades que participan en una fusión. De este modo, los afectados por los números rojos volveran a beneficios al cierre del año.
Sánchez-Minguet, que también es coordinador de las relaciones con las entidades que forman parte de Cajas Rurales Unidas, espera repetir el éxito de Caja Campo.
Allí lideró la etapa de cambio, modernización y desarrollo convirtiéndola en una de las cooperativas de crédito más dinámicas de España.
RECONOCIMIENTO
Un hecho que llamó la atención de Cajamar y que terminó fusionándola para situar al propio Sánchez-Minguet en la parte alta del escalafón donde permanece.
Mientras tanto, mañana martes tendrá lugar la primera asamblea general de Cajas Rurales Unidas donde se adoptarán una serie de acuerdos de tipo legal para la gobernanza y el funcionamiento de la nueva entidad, según las mismas fuentes consultadas por Valencia Plaza.
NUEVA ETAPA
"Va a ser una asamblea muy legalista, muy estaturaria donde el presidente y el consejero delegado ofrecerán su visión sobre el punto de partida de esta nueva andadura", apuntan mientras advierten también del mal sabor de boca que ha dejado en la entidad el anuncio de Fitch de no descartar que la nueva Cajamar tenga que recurrir a las ayudas públicas.
"Cuanto menos es curioso teniendo en cuenta que ha acudido a la llamada del Gobierno al 'banco malo' aportando 61 millones de euros para facilitar la reestructuración del sistema financiero español y no pueden hacerlo aquellas entidades que sí que han necesitado ayudas", añaden.

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