Catetos, y a mucha honra

Javier Ramírez 
Plataforma por Andalucía Oriental (Pao) 
La Plataforma por Andalucía Oriental (PAO) pide al secretario general del PP andaluz, José Luis Sanz, que aclare sus afirmaciones en las que relaciona el "localismo" en las provincias de Andalucía con ser catetos, e incluso tacha también de catetada el hecho de hablar de centralismo sevillano. Para la PAO ser catetos es un orgullo para los miles de habitantes que viven sabiamente en pequeños pueblos, medianos o grandes.

Queremos trasladar a este señor que del centralismo de su tierra sevillana se viene hablando desde hace mucho tiempo. Durante la II República las distintas fuerzas políticas de Andalucía Oriental tuvieron que advertir a sus conciudadanos de esta posibilidad, como aparece en los medios escritos de la época, en los que también se puede leer lo que ocurrió en la Asamblea de Córdoba de 1933, cuando las provincias de Almería, Granada y Jaén dieron un No rotundo a la unión de las ocho provincias, lo que según ellos provocaría un centralismo sevillano que iría en perjuicio de la región histórica de Andalucía Oriental. Además de que ya en el año 1924 el periódico "El Defensor de Granada" había publicado las "Bases para la elaboración del Estatuto de Autonomía para Andalucía Oriental", un estatuto basado en la igualdad real de las provincias de esta región.

Tras la llegada de la democracia, las fuerzas políticas con protagonistas de esta región oriental no pudieron hacer valer su fuerza y fueron anuladas por otras mayores, procedentes de Madrid y Sevilla, creándose, por primera vez en la historia, una región política con las ocho provincias de Andalucía. Precisamente era lo que no querían los políticos de Andalucía Oriental durante la República. Durante los treinta años de autonomía de Andalucía las provincias orientales han perdido peso político, que ha ido asumiendo la ciudad de Sevilla. Así lo podemos constatar en la desaparición de la IX Región Militar que tantos empleos generaba en esta región del sur de España, además de la cantidad de organismos autónomos que, perteneciendo a estas provincias, se han instalado mayoritariamente en Sevilla, una ciudad muy alejada de nosotros y con intereses diferentes a los de nuestra zona.

Si el centralismo se puede apreciar claramente en el ejemplo citado, no es menor en cuanto a infraestructuras ferroviarias. Mientras a Andalucía Oriental se le quitaba la conexión con el Levante, impidiendo un enorme desarrollo industrial y económico, se construyó el tren más rápido jamás visto en Europa para conectar Sevilla con Madrid. Hoy seguimos sin comunicaciones decentes entre las capitales jienense, granadina y almeriense, y con Madrid, mientras escuchamos las largas de siempre para unir nuestra tierra con el Levante. En cuanto a industria también podemos ver nítidamente el efecto del centralismo: mientras en Sevilla y su entorno se invierten grandes cantidades de dinero de todos, en Andalucía Oriental están estancados todos los proyectos prometidos y, además, no se apoya debidamente a los emprendedores de esta tierra. Como ejemplo las ayudas para fomento del empleo industrial, que se han gastado en un 80% en el entorno de Sevilla, dejando algunas migajas para esta tierra.

Por ello decimos al señor secretario del PP andaluz que el centralismo existe, muy a nuestro pesar; y no reconocerlo lleva a un aumento del desequilibrio entre las ocho provincias, que ya es evidente. Creemos conveniente que sus compañeros de partido en Almería, Granada y Jaén demuestren de qué parte están, colgándose con orgullo la etiqueta de catetos en defensa de los intereses de aquí. Los "catetos" de la PAO sólo pretenden que los habitantes actuales y futuros de este rincón del Sureste español vivan y trabajen con igual dignidad que en otros lugares de nuestro país.

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