La Virgen del Mar, alcaldesa de Almería: ¿cuándo han sido las elecciones?

Daniel Jesús García López 

Profesor de Filosofía del Derecho de la UAL

Leo con incredulidad el titular presentado en portada de un periódico local (La Voz de Almería, 22 de diciembre de 2012): “La Virgen del Mar, alcaldesa de Almería”. ¿Y cuándo han sido estas elecciones? La primera imagen que se me viene a la cabeza, quizá una simple asociación de ideas, es la de aquel matrimonio consentido y consumado entre la Iglesia católica y la dictadura de Franco. Ese nacional-catolicismo que aún hoy seguimos padeciendo: cuántos pueblos y localidades poseen a Franco como alcalde honorario y a perpetuidad, tal y como la Virgen del Mar para la ciudad de Almería.

Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, alcalde
temporal, con la Virgen del Mar, alcaldesa
perpetua de la ciudad de Almería

Quizá, como hiciera la Ministra de Trabajo al encomendarse a la Virgen del Rocío, solo un milagro de la “Patrona” (un concepto, a decir verdad, bastante masculinizado) nos “salvaría” de la gestión municipal del actual Alcalde-Senador. ¿Cuál podría ser el programa electoral de nuestra nueva alcaldesa? Hagamos un simple juego imaginativo: reunificación entre Iglesia y Estado; religión en las aulas; segregación sexual de los escolares; eliminación de la materia de filosofía; limpieza racial (la sanidad solo para los españoles); decisionismo y caudillaje, etc. ¿Nos suena este programa? Quizá se trate de otra simple asociación de ideas.

Podrán señalar que el hecho de conceder la distinción de alcaldesa honoraria y perpetua a la Virgen del Mar es un símbolo, un gesto de amabilidad y concordia. Pero detrás de estos símbolos, imágenes y gestos radica un fuerte componente teológico-político. Más si cabe atendiendo a su origen. Según el equipo de gobierno, formado por el Partido Popular, el pleno del Ayuntamiento de Almería unánimemente tomó la decisión de conceder tal honor a la Virgen del Mar. Lo más controvertido es que la decisión del pleno no se tomó en 2012 sino en 1972, tal y como me señalan miembros de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Almería.

¿Por qué rescatar un acuerdo de hace 40 años? Porque actualmente un acuerdo de tal índole sería ilegal. Si leemos el “Reglamento para la concesión de distinciones honoríficas por parte del Exmo. Ayuntamiento de Almería”, basado en el Reglamento de 1986 de “Organización, funcionamiento y régimen jurídico de las entidades locales”, nos encontramos que el artículo 24 señala que “el nombramiento de Alcalde o Concejal Honorario del Ayuntamiento de Almería podrá ser otorgado por este a personalidades nacionales o extranjeras como muestra de la alta consideración que le merecen o correspondiente a otras análogas distinciones de que haya sido objeto la Corporación o las autoridades municipales de la Ciudad”. De lo cual se extrae que únicamente pueden gozar de esta distinción las “personas”. La Virgen de Mar no es persona física ni jurídica. Asimismo, el artículo 26 exige que el acuerdo se tome en pleno. En este caso, el pleno que lo aprobó se encontraba bajo la dictadura franquista.

Se trata, por tanto, de un acto ilegal, al contradecir el reglamento de distinciones honoríficas (quién puede ser beneficiario del honor y el procedimiento de concesión), y carente de legitimidad democrática, al no respetar el principio de separación Iglesia-Estado (aconfesionalidad) y al ampararse en una decisión tomada durante la dictadura franquista. Asimismo, el hecho de conceder a perpetuidad la alcaldía de Almería supone trasgredir uno de los elementos estructurales del derecho: los actos jurídicos no pueden ser perpetuos, puesto que, al tratarse de un artificio humano, son susceptibles de derogación. Es significativo que se conceda a perpetuidad pues muestra una reminiscencia más del derecho natural propio de la teología-política que padecimos durante la dictadura. Y para más honra –o inri–, pocos días después se produjo la celebración del Pendón: la exaltación del racismo de Estado y el asesinato en masa (genocidio) ante las puertas de la Catedral.