Lawrence de Arabia, 50 años

Carlos Rosado Cobián 
Presidente de Spain Film Commission

Ha sido emocionante oír a Omar Sharif hablar en Almería de sus recuerdos del rodaje de la mítica película de David Lean Lawrence de Arabia. Han pasado cincuenta años. Los millones de seguidores de esta película, tal vez desconozcan que sigue vivo el español Gil Larrondo, con dos Oscars y varios Goya en su casa y con una memoria prodigiosa recordando cómo se construyeron los decorados de la ciudad de Aqaba en la rambla del río que desemboca en la playa del Algarrobico, destrozada ahora por el hotel.

Permanecerá siempre viva
Las autoridades de Almería han recordado que un 19 de marzo de 1962 empezó allí el rodaje, en Tabernas, y que la escena del asalto del tren turco se rodó con una máquina que conducía el maquinista Emilio Noriega por las dunas de Mónsul. Jordania acaba de hacer lo mismo, recordar que en el Wadi-run se rodaron las impresionantes escenas del desierto. Una escena breve, la masacre del ejército turco a manos de las tropas de Lawrence se rodó en Marruecos y el accidente de moto en Surrey.

Lean no obtuvo permiso para rodar en el interior de la catedral londinense de St. Paul por lo que los únicos escenarios reales que parecen en la película son los que se rodaron en Sevilla. Aquí no ha habido forma de hacer acto alguno de recuerdo. Probablemente habrá triunfado el erróneo criterio de que como no es Sevilla la que aparece en la historia sino Damasco, El Cairo, Deraa o Jerusalem, no interesa. Cosas de Sevilla.

Muchos sevillanos recordarán aquel 18 de diciembre de 1961 en que empezó el rodaje. Los extras vitoreando al ejército ingles del general Allemby, o la célebre escena de la reunión de los árabes en el Casino de la Exposición. Aún se conserva la mesa de billar del club de oficiales en la escena rodada en capitanía, y el cerramiento de su patio realizado para la película aún cubre el primer piso.

Peter O´Toole y Omar Sharif, en el rodaje de Lawrence de
Arabia, por tierras almerienses

Esta película, recientemente restaurada, ha entrado ya en la historia del cine. Con 82 años, solo Peter O’Toole y Omar Sharif viven todavía. Ni Anthony Quinn, Alec Guiness, Jack Hawkins o David Lean viven ya. Pero la película permanecerá siempre viva.

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