Omar Sharif

José Fernández 
Periodista 

"Hay hombres para los que nada está escrito, a no ser que lo escriban ellos”. La frase, que bien podría aplicarse a los que vivimos amarrados al duro banco del columnismo diario, es una de las que Robert Bolt y Michael Wilson escribieron para el guión de ‘Lawrence de Arabia’, esa inmensa, compleja y deslumbrante obra maestra del cine. En la película, la frase la pronuncia el actor egipcio Omar Sharif -un absoluto desconocido para el gran público en 1962- que de la mano del director David Lean aceptó el reto de interpretar el papel del príncipe Alí.

Reportaje gráfico de Noticias de Almería
Aunque la película transcurre en la Transjordania de 1917, muchas de las escenas de esa película fueron tomadas en Almería. Hoy, cincuenta años después del rodaje que mejor ha sabido aprovechar nuestra luz y nuestro paisaje, el actor que en una rambla de Tabernas miraba junto al teniente Lawrence (el también debutante Peter O´Toole) en dirección al puerto de Aqaba, vuelve a Almería a recibir el cariño y el homenaje de una tierra que ha sabido finalmente reconocer la trascendencia y el valor de lo que unos locos llegados de medio mundo hacían por unos parajes en los que entonces apenas se aventuraban los alacranes. Así que, en nombre de cuantos alguna vez soñamos en una butaca con atravesar desiertos y volar trenes, quiero aprovechar para dejar constancia escrita de mi admiración por la labor de cuantos como usted, señor Sharif, han dado sentido con su trabajo a la frase que hace medio siglo puso en boca de su personaje más famoso. Porque lo cierto es que, como esta misma columna hasta hace apenas un rato, en la vida nada está escrito hasta que no lo escribe uno.

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