Noticias de Almería
Redacción
Almería se ha convertido durante día y medio en el centro neurálgico del poder
que el Partido Popular tiene ahora mismo en todo el Estado español, y lo que
pretendía ser un relanzamiento en la imagen de la formación política que
sostiene al gobierno, y del propio gobierno y su presidente, Mariano Rajoy, ha
quedado en una mera reseña frente a la dimensión del caso
Bárcenas. Alcaldes y concejales del PP, diputados, senadores,
parlamentarios... todos en el Palacio de Congresos de El Toyo-Cabo de Gata, para
mandar dos mensajes esenciales: la reforma de la administración local es de raíz
e imparable, y 2013 está llamado a ser el año en que comencemos a ver la luz al
final del túnel por mucho que aún nos quede túnel por delante.
Reportaje gráfico de noticiasdealmeria.com |
Los
comentarios en casi todos los corrillos el viernes eran relativos al explosivo
titular del diario El Mundo en el que se afirmaba que Bárcenas -ex tesorero del
partido- repartía sobresueldos en dinero negro a determinados altos cargos del
aparato. Poco importaba que se añadiera que esas prácticas fueron cortadas por
Rajoy cuando asumió la presidencia tras el congreso de Valencia, o que fuera
expulsado del Partido tras su imputación, daba igual, al final era la noticia
del día en Almería.
Fue lo primero que los periodistas preguntamos a
Javier Arenas cuando llegó -no en vano fue secretario general del PP, coincidió
con Bárcenas y además fue uno de los que le apoyó cuando la Justicia le empezó a
investigar- hasta el punto de que después de negar “tajantemente” que supiera
algo de los sobres en dinero B y retiráramos los micrófonos, comentó que le
gustaría hablar también algo del municipalismo... y es cierto, es que había
venido a eso.
Mientras, en la capital, el secretario general del PSOE de
Almería, José Luis Sánchez Teruel, pedía explicaciones al propio Arenas, al
presidente del PP provincial, Gabriel Amat, y a Juanjo Matarí (el subalterno de
ambos según lo calificó) y quería saber si alguno había cobrado. El secretario
general del PP de Almería, Javier A. García, no tardó en responderle desde la
Intermunicipal, y fue para recordarle que es él quien debe aclarar cosas como
las presuntas facturas falsas del Patronato de Turismo, e incluso le recordó los
ERE fraudulentos y el caso Invercaria entre otros. Y es que, claro, si Sánchez
Teruel se veía libre para extender la sombra de la sospecha sin pruebas sobre
políticos locales por el caso Bárcenas, por qué no iba a poder hacerlo García
con los socialistas de Almería en asuntos en los que sí han estado presentes
nombres de dirigentes de este partido (Manuel Recio, que se sienta con él en el
Parlamento, o el ex-variascosas Martín Soler, junto a algunos más).
Después
de Arenas que habló con los medios a pie de obra, nadie más lo hizo. Cospedal
llegó subiendo unas escaleras mecánicas y que 24 horas después subiría también
Rajoy, y ambos declinaron pararse con los periodistas para que preguntáramos,
limitándose a sonrisas forzadas y reservando sus declaraciones para la tribuna.
Declaraciones que siendo contundentes no aportan información, que es lo que
demandan los ciudadanos.
Cospedal se llevó los titulares de prensa del
sábado con sus afirmación de que “cada uno que aguante su vela” y de que “el
Partido actuó” echando al imputado, pero habría gustado preguntarle por qué
razón se le permitía seguir yendo a la sede y conservar documentación allí en un
despacho, como reconoció González Pons. Y habría gustado preguntar que, si da
por cierta la noticia, obviamente no pudo ser una decisión del tesorero en
solitario, y por tanto si hay se va a investigar quién lo ordenó o
autorizó.
El sábado Rajoy no fue más allá. Puso la mano en el fuego por
Cospedal, Arenas y Ángel Acebes, pero no dijo nada de Francisco Álvarez Cascos,
quien por cierto tampoco ha salido a desmentir nada al respecto como sí han
hecho sus sucesores en la secretaría general. Da la impresión de que
quien ordenó y autorizó la práctica desvelada está también fuera del PP, pero
eso no va a ser suficiente para la ejemplaridad que Rajoy quiere exhibir ante
situaciones como esta.
No tocaron el tema ni tan siquiera tangencialmente
ni los ministros Cristobal Montoro -que confirmó fechas para un nuevo plan de
pago a proveedores dando un alivio a muchos de los munícipes allí congregados-
ni Ana Pastor -reiterando el compromiso con las infraestructuras de Almería,
pero no por ser Almería, sino por su ubicación estratégica- tocaron el asunto,
ni tampoco lo hizo el presidente del PP-A Juan Ignacio Zoido, ni el presidente
de la FEMP ni la de la FAMP, ni los ponentes almerienses, como el alcalde Luis
Rogelio Rodríguez o Gabriel Amat.
Se hablara con quien se hablara en
estos dos días, Bárcenas caía como una losa. Una concejala se preguntaba cómo
era posible que alguien cogiera un sobre tan alegremente, y que habría que
buscar a quienes han sido y “ponerlos fuera, oye, sin escándalo ni nada, pero
fuera”. Otro alcalde andaba indignadísimo y se preguntaba “¿que me estoy
partiendo los cuernos por sacar mi pueblo adelante por dos duros, echándole a
esto más horas que tiene el día, y que luego por un golfo o dos parezcamos todos
mangantes?” y añadía que siempre había defendido que “no hay que generalizar ni
en el PP ni el PSOE, que somos partidos muy grandes y se te puede colar un
golfo” concluyendo que lo más importantes es “detectarlos a tiempo y expulsarlos
bien lejos”. Y una parlamentaria visiblemente cabreada sostenía que “no podemos
pedirle sacrificios a la gente y luego tener eso, joder”.
Al PP se le
atragantó Bárcenas y ha sido monotema. De las propuestas que el PP piensa
aplicar para mejorar la administración local... poco ha trascendido; de las
razones por las que el Gobierno está esperanzado con el año 2013... pues también
poco.
http://www.intereconomia.com/blog/cigueena-torre/sobre-obispo-almeria-20130119
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