Redactor Jefe de La Voz de Almería
El sector financiero almeriense saldrá mucho mejor parado que el tornado que
se avecina (que ya se está avecinando) en otras provincias limítrofes como
Granada y Murcia. Las primeras estimaciones realizadas por el sindicato CCOO, en
términos generales para todo el país, cifran un recorte laboral de 55.000
empleos, el mayor de los últimos 50 años y probablemente de toda la historia
financiera española. Si se prorratea esta cifra entre todas las provincias
españolas, a Almería le correspondería un mordisco de un millar de puestos de
trabajo en sucursales financieras. Sin embargo, no pasarán de merodear un
entorno de bajas de un centenar de personas (el 10 %), según Juan Pedro González,
de la Federación de Servicios Administrativo de CCOO en Almería, central
sindical mayoritaria en el sector.
Una oficina de La Caixa en Almería |
Las razones que explican esta menor
incidencia almeriense ante el vendaval de cierre de sucursales hay que buscarla
en que en la provincia comenzaron antes los ajustes de plantillas, al ser más
sensible el desmoronamiento de la burbuja inmobiliaria provocada por la segunda
residencia; y también a que las fusiones del sector que han pinchado en hueso no
han afectado a ninguna entidad con presencia mayoritaria en Almería como son
Cajamar y Unicaja. “Tampoco hay servicios centrales de bancos o cajas que se
solapen y que haya que cerrar”, indica González.
En términos similares se
manifiesta Angel Amat, secretario de la Federación de Servicios de UGT, quien
matiza que “habrá despidos pero en una cifra comprendida entre 100 y 150, aunque
es solo una estimación porque esto no ha hecho más que comenzar”. Añade Amat que
“el sector en Almería lleva haciendo ajustes con cierre de oficinas desde hace
un par de años, no es algo que vaya a pillar de sorpresa”. Almería suma en la
actualidad 590 sucursales financieras, muchas menos de las cerca de 700 que
operaban en 2005 y 2006 en toda la provincia.
Caixa Bank es la tercera
red
La mitad de las oficinas pertenecen a Cajamar, en torno a 200, y Unicaja
Banco, con cerca de 100. El saldo restante se la reparten los demás bancos y
cajas de ahorros, principalmente Caixa Bank, que tras absorber Banca Cívica
(antigua Cajasol) se posiciona como la tercera red financiera en
Almería.
Esta entidad ya está realizando una regulación de empleo del 10 % de
su plantilla que ha afectado también a las sucursales de la provincia. La
primera entidad de la provincia, la cooperativa de crédito Cajamar, sin
embargo, juega en otra división: no ha tenido que recurrir al Fondo de
Restructuración Bancaria (Frob), a pesar de haberse visto obligada a contribuir
al saneamiento de la lastimada Ruralcaja, rural valenciana recién absorbida.
Cajamar tiene pendiente de ejecutar un plan de prejubilaciones pactadas de 450
empleados, 300 de ellos en Almería, sin tintes de ser traumático.
En el caso
de Unicaja, la segunda red en la provincia, ha sido incluida por las autoridades
financieras europeas en el Grupo Cero y queda también fuera de la quema, a la
espera de futuras operaciones de fusión aún en ciernes.
Un caso que se
llevará por delante, sin duda, más de una veintena de empleos en Almería es el
de Bankia. Como entidad intervenida, la antigua Cajamadrid ha sido obligada por
la Comunidad Europea a volver a sus cuarteles de invierno en la Comunidad
madrileña con el consiguiente cierre de oficinas en el resto de plazas.
El
Banco de Valencia, incluido ahora dentro de La Caixa, despedirá a 890
trabajadores, el 55 % de su plantilla actual integrada por 1.600 personas. En
Almería tiene un par de oficinas.
Otro de los casos que afectarán a la
provincia, aunque de soslayo, es el de la fusión entre Cajamurcia y Cajagranada.
El coste es una reducción del 54 % de la platilla agregada y ambas provincias
vecinas sufrirán una mella laboral sustancial en el sector.
Muchas de estos
recortes de plantillas y oficinas se realizarán mediante bajas incentivadas y
prejubilaciones que menguarán el impacto en los trabajadores.
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