José Fernández
Periodista
Probablemente habrán leído o escuchado estos días noticias relativas a una
especie de pacto o acuerdo de dimensión universal que el gobierno PSOE-IU en la
Junta de Andalucía pretende establecer con aires de solemne acontecimiento. Lo
que no habrán visto es algún tipo de precisión acerca del alcance y objetivos
concretos de este gran concordato andaluz, que no parece destinado a ir más allá
de las nebulosidades y grandilocuencias propias de aquellos que siguen
convencidos en el poder taumatúrgico de las acuñaciones políticamente correctas.
Claro que el objetivo incontestable de este pretendido pacto no es otro que
sacar a Andalucía de la crisis, con lo cual nadie tiene la opción de no formar
parte de esta coreografía, so pena de ser tildado de las más feas acusaciones. Y
así, esta alianza de voluntades obedecería a esa estrategia boxística tan
empleada por el PSOE cuando los golpes te arrinconan contra las cuerdas:
abrazarse al rival.
De la fusión a la confusión apenas dista una sílaba, pero es suficiente para
difuminar responsabilidades y ampliar el alcance de las justificaciones: “Nos
hemos puesto todos de acuerdo porque apostamos por el diálogo y por Andalucía.
No sé de qué se quejan ustedes”, podrán decir. Por eso, y aún estando de
acuerdo con todas las fórmulas de diálogo que se quieran exponer, permítanme que
desde aquí sugiera que, antes que escenas de sofá y pasapalabras, lo que
verdaderamente necesita Andalucía es un Gobierno que trabaje con rigor y
austeridad y no se dedique a buscar fotos de familia mientras salvaguarda
mamandurrias de familiares y compañeros y planta barricadas en
Despeñaperros.
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