Antonio
Torres
Director
de RTVA en Almería
Palomares
entró en la historia aquel 16 de enero de 1966 por culpa de las bombas. La
pedanía de Cuevas del Almanzora sigue siendo asunto de Estado y de Seguridad
Nacional. En las filtraciones de los papeles del Departamento de Estado de
2010, Wikileaks, aparece el proyecto de descontaminación. Las
administraciones han custodiado la documentación existente con recelo.
Documentación que debería por el tiempo transcurrido ser de acceso público.
Esta es la conclusión a la que llega uno de los investigadores, el
documentalista Ángel Roldán. Asuntos Exteriores contestó rechazando cualquier
posibilidad de consulta de sobre el "Asunto Palomares".
José Herrera, en las inundaciones de Vera |
Hasta
Águilas viajó el operador de cámara de Canal Sur Televisión, José Herrera Plaza
(Almería, 1955), nacido en la calle Álvarez de Castro y hermano del veterano periodista
Guillermo Herrera. Desde niño ha sido un cinéfilo inquieto y militante por la
salvaguarda del medio ambiente. Tiene Palomares como razón profesional
destacada hasta el punto que en su mochila porta medidor de radioactividad, con
todo lo que ello representa de meticuloso. Herrera era amigo de la familia
Cano, la primera que grabó el accidente y de Julián Peña, compañero que le guió
en sus primeros pasos profesionales en la tele andaluza. Ha dirigido el primer
largometraje que pasa a la historia por estar realizado solo por almerienses Operación
Flecha Rota. Trabaja desde hace varios años en una publicación que contará toda
la génesis, evolución y unas conclusiones que serán un referente casi
definitivo.
El
riguroso trabajo de Herrera ha sido emitido por Canal Sur 2 y presentado en
festivales de cuatro continentes, de los que ha sido seleccionado en la sección
oficial de certámenes de España, Canadá, EE.UU. y Nueva Zelanda. A todos les
encantó la historia real.
Herrera
ha recorrido varios archivos históricos y buscando documentos en Estados
Unidos. Herrera ha puesto entusiasmo, conocimiento y mucha veracidad,
respetando siempre a una población eminentemente agrícola y que busca abrir una
industria turística por la importancia de su costa. Herrera se gana la vida
como cámara de Canal Sur y tiene claro que queda por hacer: "Descontaminar
y descontaminar. Con la ayuda de EE.UU. o sin ella, si no otros 50 años de
esperas y mentiras. Tras el mapa radiológico (2008), las tierras contaminadas
se concentran en tres zonas, el resto está limpio como para no acarrear riesgo
alguno a sus habitantes".
Accidente nuclear
Herrera
se emociona y sabe de lo que habla porque está siempre atento a todo lo que se
mueve por Palomares. Desde siempre se sintió atrapado. "Los comentarios
oídos a mi padre, o en La
Pirenaica con una radio de galena son ecos de mi infancia.
Cuando adulto: las asambleas en 1985, las sinergias con Antonio Sánchez Picón,
o la posterior constatación de ser el más importante accidente nuclear con el
ingrediente de una gran estafa gubernamental por parte del binomio
España-EE.UU. a un pueblo".
Tratamiento mediático
André
del Amo (Los Ángeles, 1942), hermano de Tito del chiringuito de Mojácar, fue el
primer periodista en dar la noticia de que en el accidente de Palomares estaban
involucradas armas nucleares. Trabajaba para la agencia UPI. A los pocos días
del accidente, el 20 de enero de 1966, The New York Times llevó a portada:
Estados Unidos admite buscar un artefacto atómico" (U.S. said to hunt lost
atom device), haciéndose eco de la noticia que Del Amo plasmó en su agencia UPI
y que recoge Barbara Morán en su libro sobre el accidente. El descubrimiento de
Del Amo se hizo gracias a la casualidad propia con la que el destino premia a
los periodistas tenaces. Astutamente, el reportero le preguntó al oficial si la Fuerza Aérea estaba
muy preocupada por las bombas, a lo que ingenuamente, contestó: "¿Cómo ha
sabido lo de las bombas? En realidad se han encontrado tres, pero hay una
cuarta perdida". Esa misma noche, el embajador norteamericano, Duke, envió
un cable a Washington preocupado por la información de que disponía el
corresponsal y lo que denominó "escalada del tratamiento mediático".
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