La necesidad del Pacto

Javier Menezo

Letrado del INEM


Cuando, tras conocerse los datos de paro, en este caso los de la EPA, escucho las opiniones de algunos políticos me pregunto si la Almería en la que ellos viven y en la que vivimos los demás es la misma. El jueves conocimos las últimas cifras y, como en nuestra provincia descendió el paro, leí que se consideraba un éxito porque "las reformas del Gobierno están empezando a dar frutos". En realidad, para éxito el mío, que en el artículo de la semana pasada, sobre previsiones para 2013, vaticiné que descendería hasta situarse cerca del 36 %. 

El Pacto, una necesidad
Bromas aparte, si yo mismo soy capaz de predecir cómo evolucionará el paro de la EPA sabiendo cuándo empieza y acaba la campaña en Agricultura y los almacenes hortofrutícolas, tan intensivos en mano de obra, y estando un poco atento a la evolución de la población activa cuyo crecimiento se ha detenido, incluso cambiado de signo porque volvemos a ser tierra de emigración, ¿cómo es posible que a quienes llevan tanto tiempo en política y son responsables de impulsar el crecimiento en nuestra provincia les sorprenda y se atribuyan inmediatamente el mérito? Ello sin contar que siguiendo ese razonamiento las reformas que son un éxito en Almería serían un fracaso en España. En fin, que ya tenemos un motivo más para pedir listas electorales abiertas. 

Pero aunque ya hoy nuestras representantes se habrán olvidado de este tema y estén en otra cosa, siempre dirigida a trabajar por nuestro bienestar, no me cabe duda, la realidad está ahí. En Andalucía, gobernada la Comunidad por unos, los Ayuntamientos y Diputaciones por unos y otros, la EPA dice que el número de parados de larguísima duración, el de los que llevan más de dos años sin trabajo, 450.000 ciudadanos, es hoy un 677 % mayor que hace cinco años. Todo indica que su crecimiento será espectacular este año ya que hay otros 300.000 que llevan más de un año sin trabajo. Y si nos fijamos en el desempleo juvenil, te recorre un escalofrío al pensar en el futuro de Andalucía. Un 65 % de ellos están en paro, que en el caso de los hombres jóvenes llega a ser del 67 %. 

Estos datos son suficientemente graves para que, aunque escépticos, apoyemos la idea del pacto por Andalucía, que agrupe a agentes sociales y económicos en el objetivo común de superar esta situación. Porque el paro no es una cifra económica más, trae pobreza y aislamiento social, atrofia las capacidades laborales, fuerza a emigrar a quienes deben ser nuestro futuro y alimenta tensiones que el constante goteo de noticias sobre corrupción y abusos no deja de alimentar. El momento de hacer algo es, pues, ahora.

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