Joaquín Jiménez
Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Almería
“Profesores entusiasmados. Quieren que repita”.
Así rezaba el telegrama que un estudiante envió a sus padres al finalizar su
atribulado curso académico. Así ha sido el mensaje lanzado por el alcalde de
Almería desde Bruselas después de las dos sesiones de trabajo en las que ha
participado para rendir cuentas ante el Parlamento Europeo y el Comité Económico
y Social sobre las inversiones realizadas en nuestra ciudad con los fondos Feder
para la rehabilitación del casco histórico, a través del programa Urban.
Calle de Las Tiendas |
Saludo la oportunidad de que nuestro alcalde haya
participado en dicho evento y haya sido ponente, pero me pregunto cómo habrá
podido defender el hecho de que durante estos últimos cinco años el Ayuntamiento
haya estado gestionando una inversión de 10 millones de euros y que el Casco
Histórico de Almería siga en las mismas condiciones de abandono que antes de
comenzar dicho programa: solares abandonados llenos de escombros y basuras,
calles completas con viviendas a punto de derrumbarse, el Cerro de San Cristobal
y La Hoya pendientes de intervención, y el conjunto monumental de La Alcazaba
aislado del resto de la ciudad, rodeado de ruinas y sin unos accesos adecuados
para su explotación cultural y turística. Hace ya cinco años, en enero de 2008,
el grupo Socialista presentó una moción al Pleno en la que se pedía que ese
mismo año se pusieran en marcha iniciativas dirigidas al diseño de un plan
integral para la rehabilitación y puesta en valor del casco histórico de la
ciudad de Almería.
Pero la estancia de nuestro estudiante en la
capital de Europa no ha sido baladí. Ahora vuelve de su viaje cargado de nuevos
“palabros” con los que engatusar a los ciudadanos durante otros cinco años. Por
ejemplo, acabamos de saber que la rehabilitación del casco histórico seguirá la
filosofía de las “slow cities” (ciudades tranquilas) y que el Mesón Gitano
albergará una escuela de “eco-restauración”, a la que se prevé incorporar el
suministro de energía por “geotermia”. Vamos, que a los responsables europeos
del programa les ha gustado tanto lo que no se ha hecho en estos años que
quieren que se repita, a ver si por fin acabamos.
Con ser flagrante, el fracaso en la
rehabilitación del Casco Histórico no es el único que podemos contar durante
estos nueve años de gobierno de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador. Lo ocurrido
con el Barrio Alto es también para nota, y bien alta. Hablamos de un espacio muy
representativo de la ciudad, ubicado prácticamente en el corazón de Almería y
donde la cochambre espanta a propios y ajenos, ante la desidia de este equipo de
Gobierno que hace muchos años debería haber tomado las riendas de un problema de
urbanismo habitabilidad y, en algunos casos, de humanidad, mediante una
actuación decidida en su vertebración y rehabilitación. Conviene recordar que el
Ayuntamiento de Almería recibió el mandato de las instituciones implicadas en la
organización de los Juegos Mediterráneos de 2005 de invertir la friolera de 300
millones de euros, procedentes de la venta de los terrenos municipales de El
Toyo, en la rehabilitación de la ciudad y, de manera expresa, en la intervención
integral sobre el Casco Antiguo y el Barrio Alto.
Es como si el Ayuntamiento hubiera dado la
espalda a estas zonas de la ciudad y únicamente mirara hacia aquellos lugares
estratégicos donde promotores privados ponen los ojos para su propio beneficio.
En definitiva, nueve años perdidos para estos
barrios de Almería, pero también para una ciudad completa, que debe orientarse
hacia el turismo y que podría haberse beneficiado del tirón económico de unas
zonas antiguas bien conservadas, como ocurre en otras ciudades de España, donde
los visitantes acuden por el simple placer de pasear por sus calles, encaladas y
limpias, como si el tiempo no hubiera hecho mella en sus muros; una ciudad, que
en lo más profundo de la crisis podría haber creado miles de puestos de trabajo
para los desempleados del sector de la construcción con la rehabilitación de
viviendas antiguas.
Esperemos que este próximo curso el alcalde no
trate sólo de entusiasmar a los profesores y que de verdad apruebe la asignatura
de rehabilitar las zonas degradas de Almería, por el bien de la ciudad, de su
desarrollo económico y de los ciudadanos.
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