Antonio
Lao
Director
de Diario de Almería
El alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, y el concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, han hecho del proyecto de ajardinamiento de los 30.000 metros cuadrados que cierran los terrenos de Renfe en la capital y que confluyen en la gran rotonda del Cable Inglés y el Parque de las Almadrabillas, bandera. Aseguran ambos que recuperar para la ciudad esta pastilla vendría a ser como el soterramiento de las vías del tren. Una especie de Bálsamo de Fierabrás que, si no acabará, si disimulará la división de la ciudad que ahora se percibe, dificulta y rompe con la imagen de capital que todos deseamos.
Terrenos de Renfe |
Es posible que tengan su parte de razón y hasta puedo compartir algunos de los
argumentos que se esgrimen para defender el proyecto. Aún así no olvidemos que
la propuesta no es más que un sucedáneo, más o menos edulcorado, del gran
proyecto que Almería necesita que, no es otro, que el soterramiento integral de
las vías del tren, con estación en el centro. Aquí, además, se juega con muchos
más intereses, propuestas y definiciones, -complejas todas ellas-, a las que
hoy no me voy a referir. Si quisiera destacar la más importante, y que no es
otra, que la llegada del ferrocarril hasta el Puerto. Es este, y no otro, el
gran caballo sobre el que se asienta en los dos últimos meses la batalla. La
negativa de la Junta
a apoyar al municipio busca, que quede claro y meridiano, el compromiso de la
administración municipal con el proyecto. Un compromiso que se debe plasmar en
el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En él figura un pasillo
ferroviario que, cuando las circunstancias lo permitan, debe conectar la
estación con el puerto. Luego ya se arbitrará si es soterrado, en superficie, aéreo
o en 3D.
Pero no es sólola Junta
de Andalucía la que exige este detalle. Es que ADIF, dependiente del Ministerio
de Fomento, está en la misma tesitura. Saben que el Puerto tiene futuro si está
conectado por tren. Lo contrario es condenar una gran inversión, como es ésta,
al ostracismo y al traslado de pasajeros en la Operación Paso del
Estrecho que, como todos sabemos, se reduce cada año por la crisis y por la
mejora del nivel de vida de los usuarios, que piensan en otros medios de
transporte para volver a sus países de origen.
Y en esta disyuntiva nos movemos. Pero no olviden una cosa: nada será posible hoy y, probablemente en el futuro, si no figura la conexión ferroviaria de ambas infraestructuras. Lo demás es un simple, me permiten la expresión, "mareo de la perdiz" que puede dar muchos titulares, cada vez menos por el tedio y el impás del proyecto, pero que no va a avanzar ni un ápice en su desarrollo futuro. El tiempo pasa y la legislatura también y eso, quieran o no, apremia a más de uno y de dos. ¿No creen?
Pero no es sólo
Y en esta disyuntiva nos movemos. Pero no olviden una cosa: nada será posible hoy y, probablemente en el futuro, si no figura la conexión ferroviaria de ambas infraestructuras. Lo demás es un simple, me permiten la expresión, "mareo de la perdiz" que puede dar muchos titulares, cada vez menos por el tedio y el impás del proyecto, pero que no va a avanzar ni un ápice en su desarrollo futuro. El tiempo pasa y la legislatura también y eso, quieran o no, apremia a más de uno y de dos. ¿No creen?
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