Antonio Lao
Director de Diario de Almería
Treinta y cuatro noches de
hotel seguidas a costa del erario público, viajes a a ferias de turismo
como la de Londres que no se han hecho y así hasta el infinito. Este parece que
es, presuntamente, el legado que el señor Juan Carlos Usero, todavía
concejal del Ayuntamiento de Almería, dejó en su época de presidente de la
Diputación de Almería. En los últimos días hemos asistido a un rifi rafe
entre los actuales gestores de la Diputación y los socialistas a costa de unas
facturas, al parecer falsas, pagadas por el Patronato de Turismo de promociones
en el exterior de más que dudosa realización.
Antiguos miembros del Patronato |
Mientras la Fiscalía
investiga, los ciudadanos asistimos atónitos a un cúmulo de desfachateces tan
enorme como una montaña y a una pléyade de caraduras con el rostro más pétreo
que el cemento armado. Lo más grave del caso es que pocos parecen alarmarse por
los hechos. Es una más de las muchas presuntas corruptelas a las que nos hemos
acostumbrado y que minan la credibilidad de las administraciones y de los
políticos hasta la extenuación.
Y lo más grave es que no nos hemos
enterado porque los que entonces gestionaban pusieran coto a los supuestos
excesos. Al contrario. Ha sido la oposición y algún amigo/a generoso/a el
que se encargó en su momento de copiar en un Pen Drive los
"excesos" que se habían producido en la gestión y pasarlos a los nuevos
dirigentes. Con una información como esa tienen agarrados, perdón, amordazados,
a aquellos que osan levantar la voz. Y hete aquí que en el PSOE no saben por
donde le va a caer la bofetada. Son conscientes, doy fe de ello, de que están
atados de pies y manos por unos gestores anteriores que trabajaron poco y mal y
que ahora les pasan factura.
Nadie de los actuales diputados conocía lo
que sucedía, entre otras razones porque casi todos son nuevos. Pero aún así se
ha echado en falta un pronunciamiento más claro que el que hizo el secretario
general, José Luis Sánchez Teruel. Aquí, como en muchos otros órdenes de la
vida, no podemos ni debemos echar tierra encima del pasado. Hay que enfrentarlo
y atacar de raiz el problema.
Así, y no con medias tintas, se puede
retomar la credibilidad y trabajar en la oposición con dignidad, que es donde
les han puesto los ciudadanos. Otro camino sólo conduce al desprestigio, al
titubeo, al regate sin profundidad y escaso peligro. Desde ahí, no sólo no se
mantiene la categoría, sino que se juega de forma clara con el descenso. Y
vistos los votos que tienen, a poco que se descuiden no van a sumar ni para
formar al equipo que salta al campo y a los suplentes, que te sirven siempre de
refresco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario