Nacho Spínola, el cine como solidaridad


Antonio Torres
Director de RTVA-Almería

Nacho Spínola Guirao (Granada, 1987) es un periodista que apuesta definidamente. En sus primeros pasos el camino se le abre para una carrera de verdad en el cine. Cree que el mejor periodismo se hace ahora en los documentales y en el cine de denuncia. En menos de un mes, el joven cineasta almeriense ha tenido casi mil visitas en la red. Es director de un largometraje de ficción, El último socio 2, ambientado en Almería,  que estrenó en el auditorio Maestro Padilla el pasado 2 de enero. El fin era recaudar fondos para la asociación que atiende la discapacidad intelectual, A Toda Vela.

Nacho Spínola
Es un homenaje póstumo a su padre, recientemente fallecido, que actúa con un pequeño papel. Desde siempre le animó y apoyó para que realizara sus sueños: “No tengáis miedo a nada”, le dijo,  “la vida pasa muy rápido y, si tenéis un proyecto, llevadlo  a cabo”. “La verdad es que yo era un enfermo en la ficción y mi padre era quien me ayudaba”.

Spínola defiende el objetivo solidario de la película en tiempos en que las ayudas a asociaciones como A Toda Vela han descendido hasta un setenta por ciento. Lo que comenzó como una idea para ocupar el tiempo libre se ha convertido en una iniciativa cultural que ha recaudado más de 6.000 euros por la venta de la película y la recaudación del estreno.

El último socio 2 tiene, según Spínola,  tres objetivos. “Primero, pasar un rato agradable con la familia y amigos a la vez que disfrutas y aprendes; el segundo, es destinar todo lo recaudado a una causa benéfica, y el tercero, promover un tipo de ocio positivo entre la juventud  de Almería”. Su obra está en la red y está teniendo gran acogida. “Es una tragicomedia con muchas expresiones locales, muy divertida, no exenta de carcajadas”.

La facilidad para hacer amigos y para comprometerlos en acciones sociales caracterizan a Nacho Spínola. Jugadores del Mallorca y su técnico Joaquín Caparrós arrancaron el año con alusión en sus camisetas de entrenamiento a El último socio 2. “Ese gesto no me costó trabajo porque el medio centro del equipo, Pina, es como si fuera mi hermano por el tiempo que estuvimos estudiando periodismo juntos y compartiendo lectura y sueños”.

Nada más terminar la carrera de Periodismo, en la Complutense,  se trasladó a Londres “para servir cafés y aprender inglés”. De ese periodo formativo, dice que ha hecho muchos amigos, aprendiendo de la amistad de todos ellos. “Debería haber aprendido mucho más pero ahora con la madurez es cuando uno se da cuenta de que debería haber apretado más”. Esas palabras denotan inteligencia emocional de un joven al que le sobra talento para llegar donde se proponga.

Defiende al cine y admite que no tiene directores ni guionistas de referencia. Comenzó a gustarle y a pensar que puede ser el futuro por ver películas constantemente en el colegio mayor Antonio de Nebrija. Ahora estudia en la Escuela Bande â Part de Barcelona. “Aprendo el mundo real y la dinámica de un rodaje. Estoy muy contento porque lo aprendo todo pero antes es que no sabía nada”. Cree que el cine en la actualidad es la herramienta más potente para dar voz a aquellos que hacen cosas por mejorar el entorno: “el cine como altavoz”. En eso coincide con Kathryn Bigelow, la directora de La noche más oscura, sobre la captura y muerte de Osama bin Laden.

Familia solidaria
Antes de rodar sus trabajos, Nacho realizó  un mediometraje admirable con su familia paterna. Viajó a Madagascar con la ONG  Agua de coco, que fue fundada en Granada por su tío José Luis Guirao, otra persona comprometida  que al terminar su carrera de  veterinario se fue a Camboya a realizar prácticas y allí se dio cuenta de que le importaba más atender a las personas que se encontraban en exclusión social. “En Madagascar me di cuenta de que quería dedicarme a esto”, señala una persona que denuncia la situación que viven las ong´s , que sufren brutales recortes.  “Son las más señaladas por la crisis”.

Ocio positivo
Spínola es hijo de un antiguo empleado de Endesa, en Carboneras, y de Isabel Guirao, una mujer sensible volcada con los más desfavorecidos y conocida en Almería por su trabajo de directora técnica en A Toda Vela. Su hermano se dedica al mundo de la cooperación y el desarrollo. Estudió primero en Almería. Después se trasladó a Madrid para licenciarse en Periodismo, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. De su experiencia en el cine tiene palabras de agradecimiento para el profesor de Lenguaje Cinematográfico Luis Aller.

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